El Reino Unido es el primer país que ha regulado esta práctica, que previene el nacimiento de niños con graves enfermedades genéticas.
El Centro de Fertilidad de Newcastle recibió la primera autorización en el Reino Unido para engendrar bebés utilizando el ADN de tres personas.
Las autoridades británicas aprobaron en diciembre el “uso cauto” de la técnica, que tiene como objetivo evitar que las mujeres transmitan enfermedades genéticas mortales a sus hijos.
El nuevo procedimiento resuelve los problemas vinculados con la mitocondria, la estructura productora de energía afuera del núcleo de las células. Las mitocondrias que no funcionan bien pueden provocar distrofia muscular y fallos severos en órganos vitales.
Algunas familias han sufrido la pérdida de varios niños a causa de este mal, que se transmite sólo por vía materna. Uno de cada 4.300 bebés nace con graves síntomas de atrofia muscular, ceguera, fallos en el corazón, el hígado, o retrasos de aprendizaje, entre otros males. A menudo la enfermedad resulta mortal.
La nueva técnica de reproducción abre para las parejas la posibilidad de tener hijos con el defecto genético eliminado definitivamente para futuras generaciones. En el Centro de Fertilidad de Newcastle, pionero en este tipo de tratamientos, es posible que elijan la nueva opción de fecundación in vitro. “Es una gran esperanza para poder tener un hijo genéticamente tuyo, pero sin que se vea afectado por el trastorno en las mitocondrias, que es devastador”.
La técnica fue autorizada por el Parlamento británico en el 2015. Su aplicación es muy estricta. El organismo regulador de la reproducción y fertilización humana debe aprobar cada petición clínica del tratamiento.
El primer bebé gestado por este procedimiento en el Reino Unido podría nacer a finales de este año, o más probablemente en el 2018.
No será una primicia mundial, el año pasado, gracias a tres donaciones genéticas distintas, llegó al mundo Abrahim Hassan. Sus padres, una pareja jordana y los médicos en Nueva York, llevaron a cabo el proceso en México, porque el método no está permitido por las autoridades estadunidenses. El niño nació sano y al parecer no sufre problema alguno de salud.
El equipo de Newcastle considera que puede ofrecer tratamiento a 25 mujeres al año, pero ese objetivo sólo se podrá cumplir si poseen suficientes donaciones de óvulos. El hospital ha iniciado una campaña con ese fin y hecho un llamamiento a las mujeres menores de 35 años en la región.
Los científicos necesitan óvulos para seguir investigando y a partir de ahora también para iniciar los tratamientos clínicos. “Después de tantos años de investigación en este campo”, la autorización, “para poder al fin ayudar a las familias afectadas por estas terribles enfermedades es enormemente gratificante”, señala la profesora Herbet.