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La lucha de los 60 presuntos hijos del médico donante de semen en Holanda



Decía que lo hacía porque se consideraba “sano y listo” y debía “dejar algunos de sus genes al mundo”

Jan Karbaat donaba sus propios espermatozoides en la clínica de donaciones que él mismo dirigía en Holanda. Con sus espermas habrían sido concebidos al menos 60 personas. Él reconoció con orgullo a una de sus víctimas que lo había hecho porque se consideraba “sano y listo” y debía “dejar algunos de sus genes al mundo”. Las víctimas luchan por obtener las pruebas de ADN y salir de dudas sobre la identidad de su padre biológico.

Lo que para él era un “acto noble” a los padres y niños afectados les supone un limbo y les genera muchas dudas sobre el pasado, sus orígenes, su paternidad y sobre un caso rodeado de irregularidades y engaños, que se fueron conociendo durante los últimos años, especialmente tras el cierre de la clínica en 2009 por una orden de la Inspección.

Las decenas de las víctimas -niños que ya tienen 36 años de edad- representados por la Fundación holandesa de Defensa del Donante, exigen la realización de pruebas de ADN del semen de ese médico que atendió sus casos para averiguar si son hijos del mismo doctor y conocer lo que rodeó las donaciones de espermas durante los años que la clínica estuvo en marcha. No se conoce el número exacto de demandantes en esta causa conjunta contra el médico.

El proceso judicial contra Karbaat se inició hace años, pero el médico ha fallecido cuando los demandantes estaban a punto de lograr su objetivo y el acusado tenía una cita para la sesión judicial que le iba a obligar a someterse a esas pruebas de ADN. La semana pasada se conoció su muerte repentina, lo que daba un revés a las víctimas, que viven en un permanente desconcierto sobre su identidad, o la de los espermatozoides utilizados para la fecundación de sus madres.

“Esto es el final de una película de terror. Es una locura que se haya ido. Se ha llevado todos sus secretos a la tumba”, dijo Moniek Wassenaar, de 36 años, una de las hijas de esa clínica y una de las demandantes en el proceso civil contra Karbaat. Los padres e hijos acusan al médico de negligencia. También ha superado el número máximo legal de donaciones (limitado a seis).

Hijos con manos grandes

Tras una entrevista pública en 2010 para denunciar su caso, Wassenaar recibió un mensaje anónimo en Facebook de una de las hijas de Karbaat, quien afirmaba que ambas se parecían físicamente y que son descendientes del mismo padre. La joven invitó al médico a su casa y tuvieron un encuentro de dos horas. “Los dos tenemos una frente alta y una boca ancha. Él quería ver mis manos. Todos sus hijos tenemos manos grandes”, asegura sobre el resto de víctimas de este doctor.

Karbaat admitió, según la joven, que él había donado espermas y que con ellos habría sido concebidos al menos 60 críos. “Quería saber cuál era su justificación sobre el uso de sus propios espermas. Él se sentía avergonzado pero también hablaba con orgullo. Decía que era sano y listo, y que podría dar al mundo algunos de sus genes. Lo veía como un gesto noble, no tenía sentido de la ética y minimizaba el impacto en los niños”, recuerda Wassenaar.

Aunque el caso haya dado un extraño giro, está lejos de acabar. A pesar de la muerte del médico, hay otros métodos para comparar su ADN con el de sus presuntos hijos. La fundación exige, aun así, seguir adelante con la investigación y realizar las pruebas necesitarías para esclarecer las dudas que han arrastrado durante décadas todos estos niños. Karbaat siempre se negó a realizar las pruebas de ADN y ahora será la Justicia quien decida.

En los últimos meses, el caso se había tratado con especial urgencia, precisamente considerando la edad de Karbaat, que tenía 89 años. “Entendemos que el caso es estresante para las familias en este momento difícil. Espero que podamos resolver esta complicada situación con su familia”, dijo Laura Bosch, abogada de Defensa de los Niños, en declaraciones al diario holandés AD. Karbaat se llevó a la tumba su secreto, y tampoco podrá pagar por las irregularidades que cometió al mando de esta clínica.

También estaba siendo investigado, en una acción conjunta de varias familias holandeses contra la clínica, por violación de los derechos del niño. Algunos han descubierto que no eran hermanos biológicos, a pesar de la promesa del médico de que serían espermas del mismo donante. La inspección, que cerró en 2009 este centro médico, consideró “un caos” las descripciones de los donantes, el almacenamiento de los espermas y la administración.