Síndrome de hiperestimulación ovárica (SHO)
Consiste en una respuesta exagerada de los ovarios a los tratamientos de estimulación ovárica.
Se caracteriza por un aumento de la medida de los ovarios junto con un desarrollo de numerosos cuerpos lutis (folículos ovulados) y por la acumulación de líquido en el abdomen y zona pleural en los casos más graves.
Requiere asistencia médica y un seguimiento clínico estricto. La incidencia del SHO varía en diferentes publicaciones: entre un 0,6-14% de los ciclos de FIV con transferencia embrionaria (FIV-TE), y la frecuencia de su estadio más grave se estima entre un 0,2-5%, según los criterios de identificación empleados.
En las hiperestimulaciones más leves puede ser suficiente un control y tratamiento ambulatorio, pero en los casos de hiperestimulación grave las cantidades de líquido acumuladas pueden ser muy notables y pueden aparecer trastornos vasculares, de la función renal y hepática. Estos últimos casos requieren hospitalización.
Aunque a veces se producen hiperestimulaciones de forma imprevisible, los casos con mayor riesgo de sufrir una hiperestimulación podrán ser detectados por la observación ecográfica de un crecimiento folicular muy numeroso junto con niveles de estradiol muy elevados durante los controles de la estimulación ovárica.
Ocasionalmente, pues, las estimulaciones ováricas tienen que ser cancelades para prevenir una probable hiperestimulación.
En otros ocasiones se puede llegar a concluir la estimulación y a realizar la FIV pero se criopreservaran todos los embriones para minimizar los efectos de una posible hiperestimulación, puesto que el logro de un embarazo agrava el síndrome.