Durante los últimos cinco años, el 28% de los españoles han recurrido a un tratamiento de reproducción asistida, según datos del Ministerio de Sanidad y la Sociedad Española de Fertilidad. Estas cifras suponen que el 9% de los bebés que nacen actualmente en nuestro país lo hacen gracias a este tipo de técnicas. En Málaga, la pionera en estos tratamientos fue la Unidad de Reproducción Centro Gutenberg (URE), que logró en 1988 el primer embarazo de una niña mediante Fecundación in Vitro en la provincia.
Tras la primera ola de Coronavirus, son muchos los pacientes los que tienen miedo a someterse a este tipo de tratamientos. Por ello, el doctor Claudio Álvarez Pinochet, director médico de URE Centro Gutenberg, asegura que «realizar este tipo de tratamiento es seguro», y añade que «la incidencia del virus en la mujer embarazada es la misma que la no embarazada, y las complicaciones son las mismas», reitera.
Durante un los meses más críticos del virus, la clínica vió su actividad interrumpida y cerró sus puertas: «La pandemia hizo que al principio hubiera un temor generalizado, a lo desconocido», afirma Álvarez. El doctor médico asegura que los centros dejaron de hacer tratamientos porque «no sabíamos cómo afectaba la pandemia en los pacientes y a las mujeres embarazadas».
Pero una vez superada la fase más crítica de la crisis sanitaria, la clínica retomó su actividad presencial siguiendo unas pautas de protección: «Nuevos protocolos que buscan reforzar las medidas de prevención y seguridad», dice Álvarez.
Las medidas para los pacientes, son: la realización de una encuesta para saber qué riesgo tienen de tener el virus, antes de empezar, durante y antes de terminar los tratamientos. Y en el caso de las procesos quirúrgicos, como la fecundación in vitro, se realiza a los pacientes pruebas PCR.
Por parte de la clínica se hacen controles de temperatura, el uso de guantes, mascarillas, reducción del aforo. Por otro lado, se han explorado nuevas maneras de atender a los pacientes y se ha «priorizado la teleconsulta».
«Hemos hecho equipos burbuja, cada médico tiene su auxiliar, para no tener que cerrar la clínica en caso de que pase algo. También, nos hacemos PCR periódicamente», destaca el doctor.
El centro Gutenberg, ha elaborado también un plan para los pacientes que den positivo en Covid-19, que dependerá de cada caso. En el caso de fecundación in vitro, donde las fases son: estimulación de 10 días, extracción de óvulos en el quirófano y la transferencia del embrión, va a depender de donde dé positivo la paciente. «Si el positivo se da antes o después de la estimulación, se tendría que esperar a que sea negativo y retomarlo cuando la PCR sea negativa. Pero si el positivo se presenta antes de extraer los óvulos, entonces ahí hay que evaluar riesgos y beneficios», aclara el doctor Álvarez Pinochet.
El retraso de los tratamientos puede alargarse hasta los diez días de cuarentena: «Lo que no queremos es estar aplazando los tratamientos, a veces aplazar es perder lo que se ha hecho», sostiene el doctor. Y por eso, desde la clínica, se aconseja a los pacientes extremar sus medidas de prevención.
Perfil de los pacientes
El perfil de los pacientes, que acuden al centro Gutenberg, es de mujeres de entre 37 y 38 años. En general, esta clínica atiende a 1.000 pacientes al año, lo que se traduce en una media de «400 a 500 bebés que nacen por tratamientos por nuestra clínica».
Aunque este año, este número va ser menor, «porque durante marzo y abril, hubo cero actividad», afirma Álvarez. Con respecto a los tratamientos que ya habían empezado antes de la pandemia, la clínica los pospuso: «Los pacientes volvieron de nuevo, cuando abrimos», asegura.
Pero, con respecto al perfil de sus pacientes, hay aspectos que el doctor cree que deberían mejorar. Álvarez sostiene que «hay un porcentaje de pacientes a los que llegamos tarde, el pronóstico ideal sería que lo hiciesen con 30 o 35 años. Hay pacientes con 39 y 40 años que quieren preservar sus óvulos, es posible, pero el pronóstico de hacerlo a esa edad no es bueno», aclara.
Un aspecto a destacar es el aumento de demandas de familias monoparentales y de dos madres. La clínica ha visto como su banco de semen «ha ido avanzando con los años, sobre todo para mujeres monoparentales», asegura el doctor.
Por otro lado, el centro Gutenberg también atiende a pacientes con otras enfermedades, como es el cáncer. «Abogamos mucho por la preservación de óvulos o semen», dice Álvarez.
Tras meses de pandemia, tanto el centro como el doctor Álvarez Pinochet, quieren hacer llegar el mensaje de que «hacerse un tratamiento en tiempos de Covid es seguro y con los resultados de siempre». Hoy sabemos mucho sobre pandemia y sabemos cómo se comporta y su incidencia no es distinta en embarazadas», afirma.