Kallistem, una empresa de biotecnología con sede en Lyon, en el sureste de Francia, anunció esta semana que consiguió obtener “espermatozoides humanos completos in vitro” a finales de 2014.
Los espermatozoides se crearon a partir de “biopsias testiculares de pacientes que sólo tenían células germinales inmaduras (espermatogonias)”, precisó la compañía en un comunicado, calificando el logro de “primicia mundial”. Los resultados de esas investigaciones, que no han sido publicados en ninguna revista científica y cuyos datos precisos no fueron comunicados, “abren la vía a terapias innovadoras para preservar y restaurar la fertilidad masculina, un verdadero desafío para el mundo, ya que se ha observado una reducción del 50% en el número de espermatozoides desde hace 50 años”, según Kallistem. El laboratorio no tiene previsto publicar su trabajo en una revista especializada -un paso clave para dar mayor credibilidad a los hallazgos científicos- antes del 23 de junio, por un tema de patente, según la web de la revista científica Sciences et Avenir.
Antes del anuncio de la compañía, ya se había conseguido fabricar espermatozoides de ratones in vitro. Varios investigadores calificaron el hallazgo de prometedor, aunque se mostraron prudentes respecto a su alcance.
“Si funciona, ese procedimiento abre grandes expectativas”, indicó al diario Le Figaro la doctora Nathalie Rives, responsable del centro de reproducción asistida del hospital francés de Ruan (noroeste). Esa experta recordó, no obtante, que los adultos que sufren de una ausencia total de espermatozoides (azoospermia) podrían presentar “anomalías genéticas que impedirían también la espermatogénesis (producción de espermatozoides) in vitro”.
“Si (el anuncio) resulta cierto, es un avance considerable en el tratamiento de la esterilidad masculina”, coincidió el profesor Israel Nisand, creador del foro europeo de bioética. Según él, desde el punto de vista ético, la fabricación de gametos in vitro es preferible a la clonación reproductiva. Kallistem precisa que los “estudios preclínicos durarán hasta 2016 y los estudios clínicos comenzarán en 2017″. Su objetivo es comercializar su tecnología de aquí a cinco años.