Elena Arnedo pertenece a la generación de mujeres políticamente comprometidas que siendo muy jóvenes tomaron en sus manos la tarea de hacer avanzar en nuestro país las causas del feminismo. Ginecóloga, especialista en patología mamaria y escritora, murió ayer en Madrid, a los 74 años, por un cáncer que le fue diagnosticado ocho años atrás. Trabajadora incansable, Arnedo fue pionera de los derechos sexuales y reproductivos en España y lucho por llevar la igualdad de las mujeres al derecho positivo.
En las entrevistas que concedió se mostraba orgullosa de haber contribuido al mayor cambio del siglo XX, el feminismo, que definía como “la única revolución incruenta y silenciosa”. Elena Arnedo participó en ese gran cambio, como otras muchas mujeres de su generación, desde la actividad intelectual y desde su profesión, promoviendo iniciativas que ahora forman parte del paisaje de la normalidad pero que en su momento requirieron un gran esfuerzo y mucha valentía. Por ejemplo la creación de los primeros centros de planificación familiar cuando los anticonceptivos eran todavía tabú. Luego llegarían los grandes cambios legislativos en cuyos debates participó Elena Arnedo con tenacidad y rigor desde posiciones socialistas. Entre 1964 y 1985 estuvo casada con el economista Miguel Boyer, que fue ministro de Economía y Hacienda bajo la presidencia de Felipe González. Divorciada de éste, se casó de nuevo con el académico Fernando Terán Troyano. En 2003 fue elegida concejal de Madrid por el PSOE, cargo que abandonó en 2007 por razones de salud.
Siempre discreta y reservada, su trayectoria estuvo sin duda tempranamente influida por su madre, la escritora y feminista Elena Soriano, autora, entre otras obras, de la estremecedora Testamento materno, en la que abordaba los estragos de las drogas a propósito de la muerte de un hijo. A ese ámbito extendió también Elena Arnedo su compromiso social con el cargo de vicepresidenta de la Cruz Roja para la atención a los toxicómanos.
Su obra está centrada en la salud reproductiva de las mujeres, y todo lo que de ella se deriva. En La picadura del Tabano: la mujer frente a los cambios de la edad, aborda los muchos intereses y engaños que se han cebado en la menopausia, abonados por una cultura que fomenta el miedo a envejecer y una industria farmacológica que obtiene grandes beneficios de la quimera de la eterna juventud. Dirigió también la edición de una gran obra de consulta, El gran libro de la mujer, en el que participan 28 autores y trata sobre todos los asuntos de interés para las mujeres.
Elena Arnedo estaba convencida de que en estos años de lucha se ha conseguido llevar a cabo la primera parte de la revolución feminista, la de la igualdad legal, pero queda todavía la más difícil, la del cambio de las pautas de comportamiento. A ella le tocó vivir, como a muchas otras profesionales, las consecuencias del techo de cristal y de la doble jornada que deja exhaustas a las mujeres, una problemática que abordó en Desbordadas: la agidada vida de la ‘elastic woman’. En la hora de su muerte, queda pendiente esa segunda parte de la gran revolución feminista, la del cambio de roles que ha de llevar a la plena incorporación de las mujeres, en beneficio de todos, pues Arnedo estaba convencida de que la plena incorporación de las mujeres constituye “la auténtica esperanza de una sociedad más solidaria”.