Implantación del embrión
La liberación de las hormonas sexuales femeninas es la encargada de favorecer el desarrollo endometrial y de que éste adquiera la apariencia correcta para que el embrión pueda adherirse a la cavidad uterina e iniciar su desarrollo.
Aunque es muy importante que se produzca un diálogo entre el blastocisto, estado embrionario en que se produce la implantación, y el endometrio, mediado por sustancias como las citoquinas y otros factores de crecimiento que intervienen en este diálogo embrión-útero, el espesor de la pared endometrial es también imprescindible.
Grosor del endometrio
Tanto de forma natural como en un tratamiento de reproducción asistida, el grosor endometrial es algo crucial para que el embrión pueda implantar. Un espesor de entre 7 y 10 mm. es el tamaño adecuado para la adhesión embrionario.
Los tratamientos de fertilidad pueden intervenir en la fecundación pero la implantación es algo que el embrión debe hacer por sí solo. Sin embargo, con la administración de hormonas podemos ayudar al embrión, mejorando las condiciones uterinas para la implantación.
De forma natural, el grosor endometrial puede ser una causa por la que no se consigue el embarazo. Son varias las mujeres con endometrios poco desarrollados o endometrios especialmente finos, lo cual puede dar lugar a problemas para concebir.
A continuación os mostramos una serie de consejos naturales para que una mujer pueda mejorar la estructura de su endometrio.
- Descansar: son necesarias al menos 7 horas de sueño sin interrupción para permitir al cuerpo la reparación y el crecimiento óptimo del tejido. El sueño influye en las hormonas reproductivas y favorece que éstas se mantengan equilibradas. Descansar lo suficiente puede hacer mejorar el grosor del revestimientos uterino.
- Ejercicio: el objetivo del ejercicio es mejorar la circulación y aumentar el flujo de sangre. Se recomienda realizar ejercicios al menos 30 minutos al día, sin agotar excesivamente al cuerpo. Yoga, caminatas, natación o ciclismo son algunos ejemplos.
- Alimentación: una dieta sana y equilibrada puede aumengtar la receptividad del útero al intervenir en los estrógenos, el equilibrio hormonal y el flujo sanguíneo. Se aconseja una dieta con alto contenido en fibra y bajo en glucemia. Comer a intervalos regulares y establecer una rutina de comidas ayuda a equilibrar la insulina y el cortisol, las cuales tienen un efecto indirecto en el equilibrio de hormonas reproductivas