Mauricia Ibáñez viajó hace un tiempo a Estados Unidos para someterse a una fecundación in vitro, pese a que sus familiares pidieron retenerle el pasaporte para evitar el procedimiento, debido a que padece esquizofrenia. Su enfermedad hizo que en 2014 le quitaran la custodia de su hija mayor a quien tenía desatendida.
Las autoridades no tomaron ninguna medida tras el pedido de los familiares lo que permitió que Ibáñez se sometiera al procedimiento y el pasado 14 de febrero la mujer dio a luz a unos mellizos en un hospital de Burgos en España.
Justo Aznar, Presidente del Observatorio de Bioética de la Universidad Católica San Vicente Mártir de Valencia, dijo a ACI Prensa que “el pertinaz deseo de la madre de tener un hijo a cualquier precio no está justificado. El hijo es siempre un don y no un derecho”.
“El bien del hijo es el que debe prevalecer”, apuntó.
Desde el punto de vista médico, Aznar precisó que “está desaconsejado propiciar un embarazo a tan elevada edad, pues hay evidencias fundamentadas de que tales embarazos son un motivo de riesgo para la salud de la madre y del hijo”.
“Prueba de ello es que en las clínicas de reproducción asistida no la facilitan a las mujeres mayores de 50 años”, señaló.
Desde una perspectiva social, el experto aseguró que “es evidente que no es aconsejable que un niño tenga una madre de tan elevada edad, pues al margen de que se puede quedar sin ella más tempranamente, parece que éste no es el ámbito adecuado para una buena educación”.
En ese sentido, el Presidente del Observatorio de Bioética recordó que Mauricia perdió la custodia de su primera hija, “lo que es una experiencia previa no positiva para que los niños ahora gestados vivan en el ámbito más propicio para ellos”.
Aznar dijo además que en el ámbito moral, “hay que tener en cuenta que para producir un hijo en estas circunstancias hay que utilizar la reproducción asistida, con las dificultades morales que ello conlleva como bien se especifica en el Magisterio de la Iglesia Católica”.
La doctrina católica se opone a la fecundación in vitro, porque se trata de un procedimiento contrario al orden natural de la sexualidad, que atenta contra la dignidad de los esposos y del matrimonio.
En segundo lugar, la técnica supone la eliminación de seres humanos en estado embrionario tanto fuera como dentro del vientre materno, implicando varios abortos en cada proceso.
Casos anteriores
La más anciana del mundo en ser madre es Daljunder Kaur, una mujer india de 70 años que dio a luz a su primer hijo después de someterse a numerosos tratamientos de reproducción asistida.
En España ha habido varios casos de mujeres que han decidido ser madres después de los 50. Una de ellas, Carmen Bousada, se sometió a un tratamiento de fertilidad en Estados Unidos a los 66 años.
Según declaró posteriormente el ginecólogo que la trató, la mujer mintió sobre su edad cuando solicitó el tratamiento de fertilidad. Bousada dio a luz con 67 años en Barcelona y tres años después falleció por un cáncer, dejando huérfanos a los pequeños.
En 2016, la española Lina Álvarez de 62 años dio a luz a una niña. La madre no reveló el nombre de la clínica o del especialista que realizó el tratamiento ya que el sistema sanitario público en España no autoriza la fecundación in vitro en mujeres mayores de 40 años, mientras que en clínicas privadas este límite se sitúa en los 50 años..