Desde que nació nuestro sobrinito
“Carmen y yo tenemos 36 años las dos y estamos juntas desde los 31. No habíamos escuchado a nuestro ‘reloj biológico’ hasta hace dos años cuando nuestras mejores amigas, casadas, tuvieron a Dani, nuestro sobrino.
Las cuatro éramos las típicas amigas que hacíamos todo junto. Los viajes de verano, los puentes, cenas, copas, etcétera. Ellas querían ser mamás. Se hicieron una inseminación artificial y a la tercera consiguieron embarazarse de nuestro maravilloso sobri. Les costó un poquito, tenía casi 38 la que se embarazó.
Nuestras vidas cambiaron, de una pandilla de 4 pasamos a ser 5. Pensábamos que tener un hijo era horrible, acababa con tu vida, y claro, hay cosas que cambian, pierdes más libertad, pero ganas montón de cosas. Carmen y yo nos entusiasmamos y decidimos ser madres. Aún no podemos porque yo estoy estudiando una oposición, pero en la segunda mitad del 2018 o comienzos del 19 queremos. Por eso a comienzos de este año decidimos congelar los óvulos, antes de que se nos hiciera más tarde y nuestros óvulos se hicieran más viejos, y claro, nos costara más conseguir un embarazo. Queremos embarazarnos las dos, así que sabiendo que hemos detenido el paso del tiempo en nuestros óvulos, nos sentimos tranquilas para tomarnos nuestro tiempo”, nos cuenta Nerea.
Congelar en el mejor momento
“Yo creo que soy un caso átipico. Porque tengo 27 años y ya he congelado mis óvulos. Soy lesbiana, salí del armario en la adolescencia. Toda esta idea de preservar la fertilidad fue de mi madre, que me pagó el tratamiento.
Mi hermana mayor, que tiene 39 años, acaba de tener una niña. Estuvo intentando tres años con su chico, pero no pasaba nada. Al final tuvo que ir a una clínica de fertilidad y se embarazó a través de una fecundación in vitro. Aunque era menor de 40 años, según un estudio que le hicieron, su fertilidad era como la de una mujer de 45. Y claro, eso nosotras no lo sabemos, las mujeres no estamos tan informadas de nuestra fertilidad, que aunque tengas 35 quizás tus óvulos son de peor calidad, como si tuvieras más años.
A raíz de todo lo que le costó a mi hermana, mi madre me dijo un día, ‘mira, como eres lesbiana no sucederá que te quedes embarazada por casualidad, o sea siempre que lo intentes será en una clínica y siguiendo un tratamiento, así que para evitar futuros problemas, lo mejor es que congeles los óvulos ya, y si en diez años o más te quieres embarazar, tendrán una calidad excelente. Le agradecí el regalo y ya los tengo ahí, esperando convertirse en mis futuros bebés”
¿Cuánto cuesta congelar los óvulos y cómo se hace?
En el mercado podemos encontrar distintos precios. Pero podemos contaros que Reprofiv,0 una de nuestras clínicas lesfriendly por excelencia, tiene una muy buena oferta. 2.500 € todo incluido, congelando por 5 años.
¿Y cómo se hace?
El proceso que se conoce como vitrificación de ovocitos comienza con una visita a la clínica. Ahí aclaras dudas, te hacen preguntas y pruebas.
Comienza el proceso de estimulación ovárica. Durante unos días debes inyectarte en la zona de la tripa hormonas para aumentar la producción de ovocitos. Entre 10 y 15 días después vuelves a la clínica y te realizan la aspiración de los ovocitos después de sedarte. Es bastante rápido y no sientes más molestias que la sedación. A continuación se procede a la vitrificación y crioconservación de los óvulos. Todo dura aproximadamente dos horas y se puede hacer vida normal nada más abandonar la clínica. Con el paso de los años, cuando quieras embarazarte, aunque tengas más de 40, tus óvulos estarán muy bien, pues por ellos no habrá pasado el tiempo. Entonces se realiza una fecundación in vitro con éstos para que puedas conseguir tu embarazo.