No todos los embriones son capaces de convertirse en un recién nacido dentro de su madre. En la mayoría de las ocasiones no lo conseguirán, debido a diferentes defectos genéticos; por ello, anteriormente, sin el conocimiento de estos nuevos avances, para aumentar la probabilidad de embarazo se transferían varios embriones, los más “bonitos” que tuviesen.
El aspecto del embrión, el que sea “bonito” o “feo”, es un método poco preciso de saber cuál de los embriones tiene más posibilidades, pero hasta hace poco era el único que había. Un embrión, por muy precioso que sea, puede no implantarse o finalizar en aborto, y otro embrión “regular” puede llegar a convertirse en un bebé lindísimo.
Avances en las técnicas de Reproducción Asistida
A día de hoy, existen nuevos métodos como son las técnicas de cultivo embrionario prolongado, lo que se conoce como cultivo a blastocisto: un embrión que ha sido capaz de vivir hasta 5 días, tiene más etapas logradas en su pequeña vida y eso significa que tiene más probabilidades de seguir creciendo. Sabemos que los embriones que dejan de crecer adecuadamente al segundo, tercer o cuarto día no servirán para tener un hijo, pero si los hemos depositado en el útero antes, no lo habremos visto. Cuanto más tiempo los tengamos, más podremos observarlos, pero el límite es el quinto o sexto día, no sabemos cómo mantenerlos más aún.
Otra de las grandes novedades con las que cuenta la Unidad de Reproducción Asistida del Hospital Quirónsalud Málaga, es el avanzado Incubador Geri. Este novedoso artilugio incorpora el sistema “Time Lapse” [Este enlace se abrirá en una ventana nueva] , que permite la sucesión de fotografías, tomadas cada “x” tiempo, provocando que al reproducirlas de forma continuada se origine un movimiento acelerado. Gracias a ello los especialistas obtienen la información más detallada y completa de cada embrión, lo que permite aumentar las posibilidades de éxito a la hora de elegir el más adecuado, aumentando la oportunidad de transferir un solo embrión, evitando así partos gemelares o múltiples.
Además, permite conocer con más precisión qué embriones crecen más acordes a los parámetros que garantizan el éxito de la implantación, la forma en cómo se multiplican sus células, el tiempo que tardan en hacerlo, y así determinar los que tienen más probabilidades de ser transferidos con éxito.
Y otra manera de saber cómo elegir el mejor embrión de los disponibles es estudiarlos mediante diagnóstico genético: saber cómo son sus cromosomas antes de transferirlos. Lo que se conoce como DGP o diagnóstico pre-implantatorio.
¿y si hay varios embriones aptos? Hoy tenemos la posibilidad de vitrificarlos, que es una manera bastante segura de congelarlos. Así, una vez elegidos los candidatos, si alguno es bueno “de verdad” no es necesario poner varios “a ver si acertamos”, porque es posible que dos o más sean “los buenos” y entonces tendríamos los gemelos y trillizos. Si no funciona, aún tendremos a los otros embriones guardados para una segunda oportunidad, y si funciona, puede que tengamos un hermanito para el futuro sin tener que repetir todo el proceso.
Beneficios de transferir un único embrión
La transferencia de un sólo embrión es, tras todos estos métodos de selección, una buena probabilidad de embarazo y, mejor aún, de embarazo único, que es lo normal y aquello para lo que la mujer está mejor preparada.
El embarazo múltiple se asocia a un elevado riesgo obstétrico: mayor probabilidad de hipertensión, recién nacidos pequeños o prematuros, cesáreas, parálisis cerebrales, malformaciones, deformidades, etc.
El especialista de la Unidad Reproducción Asistida le informará y aconsejará, ya que cada método de selección embrionaria tiene sus riesgos y sus costes, pero en muchos casos, al final, la decisión es de los “posibles mamás y papás”. Una buena información sobre todo lo expuesto ayudará a comprender por qué ponerse un sólo embrión no sólo no es peor, sino que es mejor.
Continua evolución en la Reproducción Asistida
Cada vez se acometen más esfuerzos en el laboratorio del servicio de reproducción asistida con el objetivo de optimizar la selección embrionaria, intentando conseguir la correcta selección del embrión que se va a transferir, aumentando las posibilidades de éxito en las técnicas disponibles.
La innovación en reproducción asistida es una obligación de los profesionales, siempre con el fin de obtener los mejores resultados en menos tiempo y con el menor coste para los pacientes.
Además de conseguir el fin último de que nazca un niño sano se trata de implementar sistemas menos invasivos, más objetivos y que nos aporten la mayor información posible sobre los embriones.