La insuficiencia ovárica prematura, también conocida como fallo ovárico prematuro y menopausia precoz, puede afectar a las mujeres antes de los 40 años, perjudicando a su fertilidad.
A partir de los 40 años, es más común experimentar menstruaciones irregulares por el descenso del nivel de fertilidad, que anuncia la llegada, en unos años, de la menopausia. Sin embargo, antes de llegar a esa edad, cuando la regla desaparece durante meses o es notablemente irregular, puede ser síntoma de un mal funcionamiento de los ovarios y, por tanto, señal de que nos encontramos ante una insuficiencia ovárica prematura.
La insuficiencia ovárica prematura se define como la ausencia de menstruación antes de los 40 años junto a alteraciones hormonales típicas de la menopausia. Puede afectar al 1% de las mujeres, aunque, si se tienen antecedentes familiares, existen entre un 10 y un 30% de probabilidades de padecerla. Es más, la insuficiencia ovárica puede manifestarse de forma más común en aquellas mujeres que experimentaron durante la pubertad una amenorrea primaria (cuando la menstruación no aparece hasta los 14-16 años), en casos de amenorreas secundarias (cuando una mujer que ha menstruado previamente no tiene la regla durante 3 o más meses) y en casos de hermanas gemelas (cuando una la padece, la otra tiene mayor probabilidad de padecerla).
Se trata de un problema que tiene como principal protagonista a los ovarios y que no tiene por qué implicar que estos hayan dejado de funcionar por completo de forma definitiva. A continuación, te desvelamos más detalles.
¿Cómo saber si es insuficiencia ovárica prematura o se trata de amenorrea?
La amenorrea, es decir, la ausencia de menstruación, está presente en determinados momentos de la vida de la mujer de forma fisiológica o natural: antes de la pubertad, durante el embarazo, en la etapa de la lactancia y en la menopausia.
No obstante, la ausencia de la menstruación se puede producir por otras razones, no fisiológicas, como por ejemplo a causa de la aparición de quistes ováricos, por el hecho de padecer estados de gran estrés o ansiedad, ciertas medicaciones como antidepresivos o ansiolíticos, determinadas enfermedades como el cáncer, o bien por el exceso (obesidad) o defecto (anorexia) acusado de peso corporal, entre otras.
Sin embargo, en la mayoría de los casos (90%) la insuficiencia ovárica prematura es idiopática y puede originarse por una causa genética, principalmente por una alteración en el cromosoma X, en una infección o, incluso, en una enfermedad autoinmune, como la diabetes mellitus, el hipotiroidismo, el vitíligo o la artritis reumatoide.
Insuficiencia ovárica prematura y embarazo: ¿Son compatibles?
Tras el diagnóstico de la insuficiencia ovárica prematura, los especialistas podrán recomendar un tratamiento temporal mediante terapia hormonal sustitutiva (THS), basada en estrógenos, con el objetivo de aliviar los síntomas (sofocos, sequedad vaginal, disminución de la libido…) y reducir el riesgo de osteoporosis.
Es normal que una mujer menor de 40 años se plantee ser madre. Sin embargo, con la insuficiencia ovárica prematura no siempre es posible recuperar la función ovárica y lograr un embarazo de forma natural.
En estos casos la maternidad será el punto central sobre el que gire el tratamiento y será, por ello, fundamental la colaboración de un equipo multidisciplinar de especialistas para que la mujer o pareja pueda cumplir su deseo de tener un hijo.
Si se desea ser madre, lo normal será, entonces, recurrir a la ovodonación, ya que se trata de la única técnica eficaz con la que se puede lograr una tasa de embarazo de hasta el 40% por ciclo.