Hay diferentes estudios epidemiológicos que indican que la tasa de infertilidad masculina y femenina está en un 15%. No se considera una esterilidad absoluta sino que hay diferentes grados de subfertilidad que pueden tener una transcendencia mayor o menor, depende de la edad de la mujer así como del tiempo de evolución.
Una pareja debe de ser estudiada si después de un año de relaciones sexuales sin protección no logran el embarazo. Hay que tener en cuenta factores que hacen que se deban estudiar antes: si la mujer es mayor de 35 años, con antecedentes de cirugías a nivel genital en ambos miembros de la pareja, alteraciones menstruales o enfermedad pélvica.
En cuanto a infertilidad masculina, su incidencia pura es de un 35% y aumenta en un 25% cuando existe otras patologías. Es importante hacer un espermograma al inicio del estudio de la pareja infértil antes de cualquier estudio invasivo en la mujer, si se detecta una infertilidad masculina se procede inmediatamente a profundizar en su estudio. Los valores de referencia del espermograma en los casos de infertilidad masculina corresponden a población fértil pero no indican fertilidad o infertilidad masculina. Se vuelve a repetir el espermograma cuando los resultados sugieran una infertilidad masculina.