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227 mujeres piden ayuda a la unidad de fertilidad para quedarse embarazadas



Un total de 227 mujeres han recurrido a la unidad de reproducción asistida del hospital Can Misses para intentar quedarse embarazadas desde que se puso en marcha este servicio, en enero de este mismo año, según señala Victoria Bonet, ginecóloga responsable de la unidad.

El servicio comenzó a gestarse en octubre de 2010, se puso en marcha en enero y el pasado mes de mayo practicó las primeras seis inseminaciones, técnica para la que hasta entonces había que viajar a Mallorca. Acaban de iniciarse en Can Misses las estimulaciones para fecundación in vitro, de manera que a finales de este mes las primeras mujeres y parejas se trasladarán a Mallorca para la extracción de óvulos e implantación de embriones, proceso que continuará realizándose en Mallorca.

En estos momentos «hay niños en camino» producto de las 27 inseminaciones realizadas en este servicio, asegura Victoria Bonet, que prefiere no dar una cifra. «Aún no ha nacido ninguno porque no ha habido tiempo y no se puede decir la cifra porque estos embarazos tienen los mismos riesgos de aborto que cualquier otro. Se dan cifras de niños sanos en casa. El resultado es tener al bebé en casa, que es lo que vienen a buscar las parejas y las mujeres, no una prueba de embarazo positiva», justifica la doctora, que confía en que las tasas de embarazo de la unidad ibicenca se acerquen lo máximo posible a los últimos datos publicados por la Sociedad Española de Fertilidad en 2009. El Área de Salud de Ibiza y Formentera destaca que desde que se puso en marcha este servicio se han reducido un 61,3 por ciento los traslados de Ginecología a Mallorca. Victoria Bonet explica que la última fase de la fecundación in vitro no se puede llevar a cabo en Ibiza porque Can Misses no cuenta con el laboratorio apropiado. Si hay suerte, a mediados de diciembre podrían dar positivas las primeras pruebas de embarazo de mujeres que se han sometido a este proceso de reproducción asistida, comenta la doctora, que no cree que en breve se vaya a poder realizar aquí todo el proceso de la fecundación in vitro. «En época de crisis es difícil hablar de ampliar las prestaciones», afirma.

En el nuevo hospital que se está construyendo se ha reservado un espacio para la unidad, aunque no hay una fecha para poner en marcha el laboratorio. A pesar de esto, la especialista recalca que, al hacer aquí los tratamientos de estimulación previos a la fecundación y las pruebas diagnósticas, las pacientes que necesitan esta técnica para quedarse embarazadas únicamente tienen que desplazarse a Palma para la extracción de óvulos –«se hace con sedación en quirófano»– y, entre dos y tres días más tarde, para la implantación del embrión –«una técnica delicada pero no dolorosa que no suele necesitar anestesia». La médico indica que ahora, a diferencia de lo que ocurría antes de que existiera la unidad, las mujeres no tienen que perder un día entero para ir a Mallorca a realizarse las pruebas y tratamientos previos. Además, explica que las pacientes ibicencas entran de forma automática en la lista de espera: «Antes se hacía un estudio y se mandaba a Palma, tardaban un mes o dos en la primera visita y después de esa consulta se incluía en la lista de espera. Ahora, entra en la lista cuando decimos que es una paciente de fecundación in vitro y ganamos tiempo».

Victoria Bonet destaca que en estos diez primeros meses la unidad ha intentado ayudar a formar una familia tanto a parejas heterosexuales con problemas para tener un bebé como a mujeres solas o parejas de lesbianas que quieren tener un bebé. «Por aquí han pasado pacientes de todos los tipos que comprende la reproducción asistida y que están incluidos en las prestaciones del Ib-Salut», indica la especialista, que matiza que las mujeres siempre tienen que ser mayores de 18 años y menores de 40. Para las parejas homosexuales y mujeres solas Can Misses recurre a un banco de esperma de la Península. «Aquí no tenemos banco y, además, en un lugar tan pequeño como Ibiza siempre es mejor importarlo», señala Victoria Bonet. La ginecóloga, que ha dedicado casi toda su vida profesional a la reproducción asistida, señala que también se recurre al banco de esperma para las parejas en las que el esperma del varón no tiene suficientes espermatozoides, siempre que ambos estén de acuerdo. «Hay veces en las que no quieren», afirma.