Esto lo escribí después de ver como latían los coranzones de nuestros primeros bebes milagro.  Sé que no soy capaz de sentir lo que ella pero me puse en su lugar por un momento.  Os lo dedico a todas.

La luz entra por la ventana colándose por las rendijas de la persiana, yo en el suelo de rodillas  sintiendo el calor de los pequeños rayos de luz en mi espalda desnuda, tan desnuda como mi alma, abrazo mi vientre donde él crece.  Es mi momento, mi espacio y mi universo, mío y suyo.  No lo veo con mis ojos pero si lo veo con los de mi alma, sé que él me siente y sabe que yo le protejo si fuera necesario hasta con mi vida. 
Ya queda menos para olerte y notar el calor de tu cuerpo, para que mis mejillas acaricien tu suave piel y para que tus ojos busquen los míos, para que de forma natural busques alimento en mí. 
Yo soy tuya, tú eres mío. 
Al fin has venido, al fin te has quedado conmigo, ya no más lágrimas ni mas soledad, eres el ser que estaba destinado a mí. 
No te imaginas cuanto te esperé y cuanto luché por ti. 
Se acabaron los días de espera vacía ahora te espero llena de vida y de amor para disfrutar junto a ti el resto de mi vida.