Mi segundo hijo viene en camino, y es una alegría enorme poder contarlo. Soy de aquellas que se han llevado intentando una y otra vez con su marido, pero que nunca ha llegado a pasar nada, hasta que fui a una clínica y debo decir que todo cambio para bien. Antes no era muy dada de ir a estos sitios, los tenía mentalmente prohibidos, pero ahora pienso que es lo mejor que pude hacer y más cuando veo a mi hijo jugando con su telescopio y descubriendo, como él mismo me dice, nuevas formas de vida en planetas y estrellas. Es una felicidad inmensa poder tener tanta dicha.