Con el embarazo me está costando absolutamente todo. Es increíble como el cuerpo va cambiando y las fuerzas que antes tenía se han ido y ya no puedo ni empujar la mampara de mi ducha. Esto es algo que he comentado también con otras amigas que se encuentran en la misma problemática y es que parece que tener un bebé dentro te consume muchísimo y no te deja ni levantarte de la cama para ir a orinar. Imagino que cuando ya tenga el pequeño en brazos todo será distinto y que la sensación de movilidad mejorará, aunque a día de hoy me veo como si fuese una pequeña albóndiga con piernas y mi pareja tiene que ayudarme para todo, incluso, como he dicho para que entre en mi plato de ducha.