Transferir uno sólo embrión a la mujer durante la fecundación ‘in vitro’ (FIV) no reduce sus posibilidades de quedarse embarazadas, sino que podría hacer que menos mujeres dieran a luz gemelos, con todos los riesgos de salud que comporta. Así lo ha demostrado un estudio de la University of Iowa, en Iowa (Estados Unidos), cuyos resultados se publican en la revista especializada ‘Fertility and Sterility’.
Tradicionalmente, la FIV implica la transferencia de varios embriones, lo que incrementa las posibilidades de que la mujer tenga un embarazo de gemelos u otros embarazos múltiples. Además, aumenta los riesgo para madre y bebé, tanto de sufrir diabetes durante el embarazo como de nacimiento prematuro o parálisis cerebral.
Según la líder de este estudio, Jessica Kresowik, de la University of Iowa, las últimas tecnologías han contribuido a aumentar los nacimientos si se utiliza un único embrión en mujeres más jóvenes de las que se cree pueden tener oportunidades de quedarse embarazadas. “Antes, era necesario implantar embriones múltiples para mantener estas tasas de embarazo”, reconoce la investigadora, añadiendo que, antes de que mejorase esta tecnología, se tenían que usar seis embriones a la vez, con la esperanza de que alguno lograse el embarazo.
Según la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, no se deberían transferir más de dos embriones a mujeres menores de 35 años. Kresowik recuerda que los bebés concebidos a través de FIV suponen sólo el 1 por ciento de los nacimientos que se producen en Estados Unidos cada año. Sin embargo, apunta, la FIV es responsable del 17 por ciento de los gemelos. La clínica de fertilidad de Kresowik implantó como política en el año 2004 el uso de un sólo embrión para la FIV en todas las mujeres menores de 38 años que estaban recibiendo su primera sesión de FIV y presentaban otras señales que hacían prever buenos resultados en la búsqueda de un embarazo. Los datos de los cinco años antes y después de implantar esta política mostraron que la tasa de nacimientos no sufrió con esta decisión. De hecho, mejoró. Antes de que se implantara la política de uso de un sólo embrión, el 51 por ciento de todas las mujeres menores de 38 años conseguían un embarazo y daban a luz un bebé, en comparación con el 56 por ciento de las que lo consiguieron después. La proporción de embarazos múltiples cayó del 35 por ciento a menos del 18 por ciento. Entre las 364 mujeres que cumplieron los criterios y recibieron un único embrión desde 2004 en adelante, el 65 por ciento dio a luz a un bebé vivo y sólo el 3 por ciento tuvo gemelos.