Un estudio publicado en la revista Nature Medicine informa que investigadores del Imperial College de Londres hallaron que altos niveles de una proteína llamada SGK1 están relacionados con la infertilidad, mientras que niveles bajos vuelven a una mujer más propensa a sufrir un aborto espontáneo.
Las enzimas son proteínas que catalizan o aumentan las tasas de reacciones químicas. Jan Brosens, que dirigió el estudio en el Imperial College y actualmente trabaja en la Warwick University, dijo que estos resultados sugieren que podrían diseñarse nuevos tratamientos contra la infertilidad y los abortos espontáneos a partir de la SGK1. “Puedo imaginar que en el futuro probablemente tratemos la cubierta del útero colocándole fármacos que bloqueen la SGK1 antes de que la mujer se someta a una FIV (fertilización in vitro)”, dijo el experto en un comunicado. “Otra potencial aplicación es que el aumento de los niveles de SGK1 pueda usarse como una nueva forma de anticoncepción”, añadió. La infertilidad es un problema mundial que los expertos estiman afecta a entre el 9 y el 15 por ciento de las personas en edad reproductiva.
Más de la mitad de los afectados buscará asesoramiento médico con la esperanza de tener un hijo. Alrededor de una de cada 100 mujeres que busca concebir sufre abortos espontáneos recurrentes, definidos como la pérdida de tres o más embarazos consecutivos. En este estudio, el equipo de Brosens observó muestras de tejido de la cubierta del útero donadas por 106 mujeres que estaban siendo tratadas por infertilidad sin explicación o por abortos espontáneos recurrentes. Aquellas mujeres con infertilidad sin explicación habían estado intentando quedar embarazadas por dos años o más, y se habían descartado en ellas las causas más comunes de infertilidad. Los expertos hallaron que la cubierta del útero de esas mujeres tenía altos niveles de la enzima SGK1, mientras que las pacientes que sufrían abortos recurrentes presentaban poca cantidad de SGK1. En otros experimentos con ratones, el equipo halló que los niveles de SGK1 en la cubierta uterina disminuían durante la ventana de fertilidad de los roedores. Cuando los investigadores implantaron copias adicionales de un gen SGK1 en la cubierta uterina, los ratones no podían concebir. Esto sugiere que una caída en los niveles de SGK1 es esencial para que el útero pueda recibir al embrión, indicaron los expertos.
El equipo indicó que cualquier tratamiento futuro de la infertilidad que bloquee la SGK1 tendría que tener un efecto breve, dado que los niveles bajos de SGK1 luego de la concepción parecen estar relacionados con el aborto espontáneo. “Los niveles bajos de SGK1 vuelven a la cubierta del útero vulnerable al estrés celular, lo que explicaría por qué la baja cantidad de SGK1 era más común en las mujeres que tenían abortos espontáneos recurrentes”, dijo Madhuri Salker, del Imperial College, quien también trabajó en el estudio. “En el futuro, podríamos tomar biopsias de la cubierta uterina para identificar anormalidades que puedan darle un mayor riesgo de complicaciones al embarazo, como para poder empezar a tratarlas antes de concebir”, agregó.