Frustrados, angustiados y muchas veces, tarde. Así llega la mayoría de las parejas a las clínicas de fertilidad: “Es necesario hacer planificación familiar, pero no sólo para no tener hijos, sino para tenerlos también”, explica Diana Guerra, jefa de la unidad de psicología de IVI (Instituto Valenciano de Infertilidad) Barcelona.
Muchas parejas piensan que, en cuanto abandonen los antinconceptivos van a quedar “embarazados” inmediatamente y que a los nueve meses tendrán al bebé de sus sueños en brazos. “Me había pasado toda la vida intentando no quedarme embarazada”, cuenta Carmen, “y a los 35 años, cuando mi marido y yo ya estábamos asentados en el trabajo y decidimos ser padres, nos dimos cuenta de que no era tan fácil”. Carmen y Fernando al final consiguieron su bebé, pero después dos años de angustia y tras someterse a un tratamiento de inseminación artificial.