¿Qué por qué decidí ser madre soltera por decisión propia?
No fue una decisión de siempre, porque las circunstancias de la vida son las que van marcando nuestras decisiones futuras….
Y ese fue mi caso.
Como toda mujer, cuando era jovencita me imaginaba formando parte del cuento de hadas pero ni ellos fueron tan príncipes, ni yo tan princesa.
Así que mientras crecía, buscaba una vida estándar, pero en el fondo de mi quería otra vida no tan al uso.
Y finalmente pudo más lo que quería,
que lo que buscaba.
Cierto es que estaba enganchada al amor, como muchas o casi todas de nosotras, que no era lo mismo que amar a alguien. Confundí todo con el amor… lo vi en la pasión, en el deseo, en el cariño, en la belleza…
Y mientras iba de confusión en confusión buscando al príncipe que me salvase de mí misma… un día me imagine yendo con él, con mi príncipe de la mano al hipermercado y me ví rodeada de churumbeles, el carro y la tarjeta de crédito.
Eso no es lo que quiero para mi vida, me dije…
Algo que coincidió con las palabras de mi abuela, que un día, mientras leía el periódico me comentó: “Niña, yo no te veo a tí como con mucha intención de casarte, de matrimonio y esas cosas… por qué no vas a un sitio de éstos y te lo traes puesto en el bolsillo”
Y así fue, un día, cuando ya mi abuela había dejado este mundo, recordé sus palabras.
Quería ser madre, la relación que tenía no era la que quería y la que quería era un error en mi vida.
Dicho y hecho.
Me informé, aunque mucho, porque en aquel entonces no había esta avalancha de información sobre todas las cosas que pululan por el mundo.
Y un mes de noviembre, cuando ya estaba totalmente decidida quise ser madre, porque quería ser madre, pero yo sola… claro, eso sí, con la ayuda del esperma de un donante.
Tuve suerte, y mucha, porque a los 38 años quedarte a la primera sin un solo susto en tu vida de posible embarazo, es como haber encontrado un trébol de cuatro hojas.
Y nació mi hija, ahora casi ya 11 años.
Fue la mejor decisión de mi vida, porque fue el primer paso que di para dejar de buscar esa vida estándar, la que los demás desean, y buscar la que yo deseaba para mí…
Y sí, mi maternidad no es estándar, pero es maternidad y soy madre, una orgullosa madre y una feliz mujer, con su más y sus menos, como todas las personas en su vida… que eligió vivir a su manera, y perseguir sus deseos e ilusiones, algo que a menudo a vosotras, a mí, nos resulta difícil, sobre todo si nos vamos a salir de las decisiones y deseos estándar.
La historia siguió, con la búsqueda del hermanito. Larga historia la segunda, con un intento de adopción en Panamá fallido, tres nuevas inseminaciones artificiales con donante sin éxito y finalmente otra adopción internacional que trajo conmigo a mi segunda hija.
¿Te sientes identificada con Rosa Maestro? ¿tu vida está afuera de todo estándar y has tomado la decisión de ser madre por caminos no convencionales?