La diabetes es un conjunto de trastornos que se manifiesta con la presencia de un nivel elevado de glucosa en la sangre, generalmente debido a la baja producción de insulina, hormona que se encarga de sintetizar componentes celulares a partir de la glucosa.
Durante el embarazo existe el riesgo de que las propias hormonas que se sintetizan durante el periodo gestacional bloqueen el trabajo de la insulina. De esta manera aparecen niveles de glucosa altos en las analíticas sanguíneas de la madre, hiperglucemia.
Existen mujeres que pueden ser más propensas a la aparición a la diabetes gestacional: mujeres con más de 25 años, con mucho líquido amniótico, con antecedentes familiares de diabetes, hipertensión, sobrepeso antes del embarazo…
Durante el embarazo es muy importante controlar la aparición de este trastorno. Entre las semanas 24 y 28 se realiza la prueba oral de tolerancia a la glucosa (PTGO). Si la mujer tiene alguno de los factores considerados de riesgo para sufrir DG puede realizarse la prueba semanas antes de lo establecidas. En la PTGO antes de empezar se realiza una extracción de sangre. Después se pide a la paciente que tome un líquido con una cantidad de glucosa determinada y conocida y se van extrayendo muestras de sangre más o menos cada 30 minutos (aunque este tiempo puede variar según paciente y centro). Es importante no haber comido nada las 8 horas antes del examen ni durante este, y haber llevado una dieta normal los días previos a su realización.
La DG, además del incremento de glucosa en sangre, puede provocar visión borrosa, fatiga, infecciones de vejiga y vagina, aumento de sed, incremento de micción y pérdida de peso pese al aumento del apetito.
El tratamiento a seguir consiste en controlar los niveles de azúcar vigilando la dieta y haciendo un poco de ejercicio según lo posible debido al estado de embarazo. Se debe moderar la ingesta de grasas y proteínas así como de alimentos que contengan mucho azúcar como bebidas gaseosas, zumos, dulces. Por lo general, si se lleva un buen control de la alimentación no será necesario subministrar ningún tratamiento médico.
Por otro lado es muy importante que se produzca un control exhaustivo del bebé para asegurase de que este está bien. Los bebés que nacen de madres que han tenido diabetes gestacional suelen ser más grandes al nacer, por lo que eso puede implicar algún otro riesgo en el parto (debido al tamaño no a la hiperglucemia) y también puede padecer hipoglucemia (niveles bajos de azúcar en sangre) durante los primeros días de vida.
También es importante decir que en los casos en los que la diabetes va acompañada de hipertensión existe más riesgo, y que una DG sin tratamiento podría acabar en muerte fetal.
Lo más positivo de este tipo de trastorno es que normalmente la diabetes desaparece después del parto, aunque debe ser controlada para asegurarse de su desaparición. Las revisiones deben seguir después del embarazo ya que se ha visto que en mujeres que han sufrido diabetes gestacional acaban desarrollando diabetes entre 5 y 10 años después.
Chicos muchos ánimos, la diabetes gestacional es una cosa más en el camino y por suerte sólo es una pequeña piedrecita que con un buen seguimiento se hace imperceptible en el zapato. No os desaniméis y ¡seguid luchando por lo que deseáis!.
Henar Marín, bióloga especialista en reproducción de lainfertilidad.com