Hay mujeres que se encuentran preparadas y han decidido seguir adelante y quedarse embarazadas, pero en ocasiones resulta una tarea difícil y, en caso de insistir en tener un bebé, si el periodo de tiempo es superior al año, lo más recomendable es consultar a un especialista.
Cada mujer es diferente y el no quedarse embarazada puede ocurrir por diferentes circunstancias. Ante la duda lo más recomendable es asistir a un centro público o privado de reproducción asistida, para que un profesional puedan analizar el caso y, en consecuencia, tomar las medidas oportunas con tal de solucionar los posibles problemas de fertilidad.
Las dudas que surgen cuando se ha de escoger un centro de reproducción asistida, público o privado, suelen venir dadas por la situación económica de cada persona. Sin embargo, hay mujeres que no les importa hacer un esfuerzo económico y deciden escoger un centro privado para evitar las largas e incómodas listas de espera de los centros públicos. Muchas son las mujeres que se someten a este tipo de tratamientos en un centro privado, entre ellas las mujeres en edad avanzada, mujeres con pareja del mismo sexo o mujeres sin pareja.
Del mismo modo, hay mujeres que combinan las dos posibilidades, puesto que se inscriben en la lista de espera de un centro público e inician el tratamiento de fertilidad en el centro privado, mientras espera su turno para el sistema público. Este tipo de alternativa conlleva un riesgo, ya que al haberse sometido a un tratamiento en una clínica privada, el centro público pueda rechazar continuar con el tratamiento. Estos casos suelen darse en la sanidad pública de muchas comunidades autónomas, ya que consideran que cuando una mujer se ha sometido a mas de tres ciclos sin éxito las posibilidades de quedarse embarazada disminuyen, representando un enorme gasto económico seguir intentándolo.
La mayoría de centros públicos no suelen realizar el Diagnóstico Genético Preimplantacional, que permite estudiar la genética de los embriones antes de introducirlos en el útero. En lo relacionado con el límite de edad, las clínicas públicas suelen ser más restrictivas, sin embargo en los centros privados acostumbran a aceptar tratamientos en mujeres de hasta 50 años. En los centros privados no hay límite de repetición de ciclos siempre que no conlleve un riesgo para la salud de la mujer. Además, en estos centros es cada vez más habitual encontrar un departamento de atención psicológica para la mujer, tan importante para determinadas situaciones personales. También se ha de destacar que en el sistema público será menos práctico y versátil encontrar la misma comodidad, atención personalizada e imagen de eficacia que ofrece un centro privado.
En la elección de un centro privado se han de tener en cuenta diferentes aspectos como los precios, la experiencia demostrada de la clínica, la preparación de los especialistas que trabajan en ella, los resultados positivos que ha tenido, el buen equipamiento técnico, la correcta atención al cliente, las diferentes técnicas que se ofrecen y la distancia que existe entre el domicilio del paciente y el centro, ya que al poner en práctica los tratamientos se tendrá que asistir con frecuencia a diferentes controles. La experiencia de otras personas que hayan mantenido el contacto con la paciente y que hayan utilizado los servicios de la clínica es importante a la hora de tomar la decisión de escoger entre un centro privado u otro.
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