Desde hace un tiempo estamos más estabilizados (sin ser la situación para tirar cohetes) por lo que nos decidimos a buscar nuestro bebé con ahínco por el método natural, pero estamos viendo que ya sea por edad o lo que sea, tengo 35, lo cierto es que no funciona, aunque no nos queremos resignar y queremos probar por cualquier vía. Quiero ser madre a toda costa y, de acuerdo con mi pareja, estoy preparada para explorar cualquier posibilidad.

En estos momentos estamos a la espera de determinar el problema fisiológico exacto que nos impide ser padres, pero vaya, ya provenga de mí o de él, una vez que lo sepamos haremos todo lo que sea necesario para colmar nuestro anhelo. Para ello estamos dispuestos a recurrir a tratamientos de fertilidad, aunque sea haciendo un gran esfuerzo por su coste económico, que según tengo entendido ya no cubre la Seguridad Social salvo en contadísimos casos. 

De manera que estamos dispuestos a explorar las distintas vías que ofrece esta posibilidad, recurriendo a una donación de óvulos o a una inseminación artificial, ya que ambos procedimientos según dicen resultan hoy en día sencillos, al menos su tentativa, y si al final me quedo embarazada daré por bueno el esfuerzo económico, y desde luego sin importarme el tener que haber recurrido a un método digamos ‘no natural’.

Pero si esto fallase, también estaría dispuesta a recurrir a un ‘vientre de alquiler’, a pesar de que es una opción que a priori me hace menos gracia. Primero porque no me gustaría privarme de la sensación de estar embarazada, de experimentar como mi hijo crece en mi interior, de alumbrarlo. También me da cierto recelo que la madre biológica pudiese reclamarlo como suyo, aunque sé que hay una adecuada cobertura legal en estos casos.

Aunque si todo esto no fuese posible por una razón o por otra, sé que la opción de la adopción también está ahí, a fin de cuentas pese a que no vaya a ser biológicamente tuyo lo esencial de ser madre no varía, y además, de esta forma también se tiene la satisfacción de redimir la existencia de un niño que probablemente fuese a tener una vida muy dura, que en cambio gracias a tu cariño y cuidados puede disponer de todos los cimientos para ser feliz. 

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