Lejos de molestarme, entendí que desmontar una sociedad estándar es complicado y cuestión de muchos años, más difícil que cada uno de nosotros rompa con los estigmas de nuestra propia socialización e imposible hacer comprender a quien no quiere ver más allá de lo que en su día le contaron que era lo natural e idóneo que la diferencia es lo que hace que nuestro mundo sea hermoso. Entiendo que en estos doce años es posible que algunas cosas hayan cambiado, otras evolucionado y otras muchas, en lo que se refiere a mujeres, mujeres independientes, mujeres que deciden, mujeres que se convierten en madre y madres que no son al uso, estamos todavía en pañales. Pero ahí estamos…
1.-¡Estás loca, a dónde vas tú sola con un hijo con la que está cayendo!
El concepto de que una mujer sola, con un hijo, no va a poder salir adelante todavía persiste. No sé por qué aún se nos ve débiles sin un hombre al lado, cuando históricamente son las mujeres, y en muchas ocasiones solas porque sus maridos o bien tenían que marcharse al frente o iban en busca de nuevas oportunidades de vida, quienes han sacado a la familia adelante. Por otro lado, todavía persiste el concepto social de que una mujer, sin un hombre al lado, se encuentra desprotegida, es un ser desvalido, y me cuesta creerlo cuando son tantas las que a diario demuestran lo contrario. De ahí que el primer pensamiento que le viene a algunas personas cuando les quieres comunicar que has decidido tener un hijo sola y por voluntad propia, es que no sabes bien lo que haces.
¿Qué hice? Entender que los tabúes sociales persisten en nuestro inconsciente mucho más allá de que éstos hayan desaparecido, y el estigma de madre soltera aún persiste, aunque en menos grado, en la mente social. La salud mental pasa por saber interpretar el por qué de quien te lo dice, y el saber hacer lo que uno desea y no lo que los demás desean para ti.
Eso sí, a menudo me planteo si cuando una pareja me dice que van a ser padres decirles lo de… ¡Estáis locos, con la que está cayendo!, y que te quiero contar si lo que me comunican es que van a tener un segundo hijo.
2.- Es un acto egoísta
Hubo también quien osó a decirme que mi deseo de ser madre sin pareja era un acto egoísta, sin pararse a pensar cuántos actos egoístas realizaba él o ella a diario. Casi todas nuestras actuaciones son egoístas… funcionamos en pro de nuestros propios intereses y en pro de la supervivencia, y son muy pocos los que dedican sus vidas a los demás. Hay quienes además afirman que la maternidad en sí no es un acto de amor, sino un acto egoísta. Y posiblemente traer un hijo al mundo se pueda ver desde un prisma egoísta, tal y como es el mundo; pero también puede ser un acto de amor, para aquellos que pese a todo amamos la vida y creemos que es maravillosa. Yo tenía claro que el mejor regalo que le podía dar a mi hija era traerla al mundo, traerla a la vida.
3.-¿Por qué no adoptas?
Siempre hay un por qué no has hecho una cosa en lugar de otra. Si adoptas, que si vas a tener muchos problemas con el niño, que si a saber cómo viene…, si lo tienes por reproducción asistida, que si por qué no adoptas mejor, porque no sabes nada del donante, y a saber qué pruebas les hacen, que si es mejor para el menor cuando crezca saber que es adoptado, o si es mejor que al menos conozca una parte biológica. En fin, lo de siempre, la maternidad es la maternidad, indistintamente de la forma en la que sea… reproducción asistida, donación de óvulos, donación de embriones, subrogada o por adopción. Yo elegí mis maternidades, nadie tiene porque elegir la forma en que yo deseo o quiero ser madre…Lo hice dos veces: una por reproducción asistida con donante de esperma y la segunda por adopción internacional. Las dos me han hecho inmensamente feliz. Son las dos formas en las que yo llegué a la maternidad, lo que me hace respetar profundamente la elección de cada mujer para ser madre. Ninguna es mejor que otra. Ser madre es ser madre, lo seas como lo seas.
4.- ¿Qué sabes del donante, es de fiar?
Numerosas veces son las que he tenido que oír esto, y no solo por mi entorno, sino también por muchas de nosotras que cuando estamos pensando en ser madres de un donante de esperma o de una donante de óvulos nos comenzamos a cuestionar cosas que jamás haríamos de nuestras parejas, como si el hecho de tener una pareja supusiese conocerla a fondo. Cuestiones como: enfermedades genéticas, psíquicas, historial familiar del donante, cociente de inteligencia… Yo también me las hice a mí misma, justo antes de tomar la decisión…
Sin embargo, la vida me ha enseñado posteriormente que a veces creemos conocer perfectamente a la persona que tenemos al lado y en numerosas ocasiones es un perfecto desconocido o desconocida que nos puede sorprender con hasta cuatro vidas paralelas y sin tener que ser precisamente un culebrón de sábado a mediodía. La verdad es que se tiene más conocimiento a este respecto, sin conocerle de nada, del donante, que de tu propia pareja por la inmensa cantidad de pruebas que se les hace. También es cierto que nadie te va asegurar el cien por cien de inmunidad… la vida es la vida, y a veces nos hace darnos de bruces con situaciones que no hemos elegido, pero ¡quien dijo que vivir no fuese un riesgo!
5.- ¿Por qué no elegiste una aventura de una noche? Es más sencillo y menos complicado, me dijeron.
También fue algo muy recurrente por amigos, y curiosamente por amigas. ¿Una aventura de una noche? Lo primero que me planteé es si es tan fácil salir una noche por ahí, mantener relaciones con un desconocido sin protección, quedarte embarazada y decir adiós como el que se toma un vaso de leche por la mañana y cierra la puerta de su casa para irse a trabajar. Y precisamente me lo dicen aquellos que tenían dudas respecto al donante, pero curiosamente no les parece mal un desconocido… como si éste tuviese un historial médico y psicológico impecable.
Pero aparte de todo esto, había algo por encima de todo por lo que jamás hubiese tenido un hijo de un desconocido de una aventura de una noche ni de cuatro: la ética. Mi ética, y digo mi ética, porque entiendo que cada cual tenga la suya y respeto todas las opciones en esta vida, no me permitía tener un hijo de una persona y ocultárselo de por vida, tampoco me permitía tener un hijo de esa persona sin que estuviese de acuerdo en ser padre, y menos me permitía en un futuro contarle a mi hijo o hija que me quedé embarazada de esa forma sin contar con el consentimiento de esa persona.
6.- ¿Y con un amigo?
Este planteamiento reconozco que pasó por mi mente en alguna ocasión. Un amigo… así tendría un padre, y una familia paterna… pero luego pensé: si en un matrimonio donde hay amor los hijos desunen, qué te quiero contar en una amistad. Además, lo que en un principio sería, una alegría inmensa cada vez que me ayudase, compartiese momentos con mi hija o hijo, se quedase cuando yo no pudiese con ella, me acompañase al médico…. Lo que en un principio yo vería como ayuda voluntaria, luego pasaría a ser tremendamente egoísta y pedirle cada día más…a él y a su familia. Podría ocurrir que él pidiese la custodia compartida o la completa…. Vamos que lo que empezaba por ser una maternidad en solitario por decisión propia, terminaría en una maternidad compartida en los juzgados. Yo, personalmente decidí que era mejor que asumir esa maternidad verdaderamente como uno más de mis proyectos en solitario.
7.- ¿por qué no esperas un poco, quizás encuentres una pareja?
Este error ya lo había cometido durante al menos cinco años, porqué seguir cometiendo el mismo error… Tenía entonces 38 años y, por primera vez oía lo de que nuestra fertilidad tiene una caducidad. Cuatro intentos de inseminación artificial, y si no funciona una fecundación in vitro, porque a partir de los 40 mis posibilidades de quedarme embarazada serían mucho menores. Esperar a encontrar una pareja… y aunque la encontrase, tenía dos o tres meses para pensarme si quería tener un hijo con él. Y la encontré mientras me informaba de todo el proceso, una pareja tan mala como las anteriores y que en ningún momento hubiese querido como padre de mis hijos. No, cuando una desea ser madre lo desea y si ese deseo es fuerte, tiene que hacer lo posible por serlo, independientemente de si tiene o no pareja. La pareja ya vendrá, si es que tiene que venir…Fue ese el momento en el que me acordé de aquello que decía: el orden de los factores no altera el producto.
8.- ¿Y si te pasa algo?
La de veces que habrá llegado a mi mente este miedo, como para que los demás me lo recuerden… Cierto que si me ocurre algo mi hija se quedaría con mis padres ya mayores, con mis hermanos, sin una madre que le pudiese explicar todo, contarle lo mucho que la deseó…pero las mismas posibilidades tengo yo que una pareja… o ¿es que a las parejas les ocurre siempre las cosas por separado? La vida es un riesgo, pero por miedo, por ese miedo a lo que te pueda ocurrir en el futuro no puedes dejar de hacer la vida del presente.
9.- Así ya no estarás sola… Qué horror de afirmación… Cuánto daño ha hecho a la mujer la discriminación que ha sufrido durante siglos, sobre todo el hecho de hacerla sentir sola, sin sentido por el simple hecho de no tener un hombre al lado… y peor aún trasladar este tipo de sentimientos a la maternidad… cómo se puede concebir que el deseo de ser madre vaya unido al sentimiento de no estar sola . Mi deseo de ser madre nada tenía que ver con llenar el hueco emocional que pudiese dejar el no tener pareja. Las parejas, desde mi punto de vista, intervienen en un plano emocional y los hijos en otro. Y si en algún momento se tiene el pensamiento de que un hijo va a completar el vacío de una pareja, se está muy equivocada. Si fuese así, una vez nazca el hijo el sentimiento de vacío por no tener pareja perdurará.
Aunque parezca mentira permanece el conflicto social de la mujer consigo misma de solterona cuando no tiene pareja frente al soltero de oro si es un hombre. Las mujeres tenemos que empezar por nosotras mismas a romper esa absurda idea de que sin una pareja al lado no somos nadie Somos mujeres, personas, inteligentes, capaces y felices. La vida puede ser maravillosa independientemente de sí se está o no en pareja, solo depende de nosotras que lo veamos. Cuando se está en pareja se disfruta de la vida igualmente que si se está sola, no hay porque idealizar una situación y esperar toda la vida a que llegue esa situación, en el camino nos dejaremos muchas otras situaciones en las que pudimos ser igualmente felices. Las parejas llegan, se van, se quedan…. Nunca se sabe. Los hijos es una decisión que una toma para siempre y un hijo no es una cura para un sentimiento.
10.- ¿Te lo has pensado bien?
¡Qué si me lo había pensado!, caray, No. Me levanté una mañana, me di con el pico de la mesilla, y decidí ir a una clínica a inseminarme de un donante. Por supuesto, más que una pareja, tres años y medio pensándomelo, acudiendo a un psicólogo por mi cuenta, sopesando todo, resolviendo cada una de mis dudas. La respuesta es que me lo pensé demasiado, porque si de algo me arrepiento es de habérmelo pensado tanto y no haber sido madre antes, quizás si hubiese sido así, mi segunda maternidad no hubiese sido tan complicada. Pero claro, mirar atrás no.