Inseminación artificial

La técnica de la inseminación artificial consiste en depositar de manera artificial espermatozoides en el interior del aparato reproductor femenino. El origen de los espermatozoides puede ser diverso: existe la posibilidad de que procedan de la propia pareja o en cambio, pueden proceder de un donante. Los donantes se suelen utilizar en el caso de infertilidad masculina o de posibilidad de transmisión de alguna enfermedad genética. 

Fecundación in vitro

Es una de las técnicas más comunes. Consiste en fecundar en un medio de cultivo un óvulo que se encuentra en su fase previa (ovocito) por un espermatozoide maduro y viable. Hay que precisar que en esta técnica, el proceso de la fecundación es totalmente natural, ya que no se selecciona a un único espermatozoide. Aunque la fecundación se produzca en un laboratorio, se rodea al óvulo de alrededor de 200.000 espermatozoides. Una vez que el óvulo es fecundado, se deja madurar durante 5 días en una incubadora. Transcurrido este tiempo se implanta en el útero.

Fecundación in vivo

Se trata de una de las técnicas de reproducción asistida que mejor garantiza la supervivencia del embrión. Con esta técnica, los embriones se desarrollan en el útero materno, su medio natural, porque el óvulo se inserta justo en el momento en que es fecundado de manera artificial. 

Criopreservación de embriones

Una de las técnicas más recurridas a la hora de facilitar el embarazo es la hiperestimulación ovárica, es decir, la obtención de un número elevado de óvulos que son fecundados con el objetivo de garantizar la viabilidad del embarazo. Todos estos embriones no se transfieren al útero porque su número suele estar regulado por ley con el objetivo de preservar la salud de la madre y de evitar embarazos múltiples. De manera que los embriones sobrantes se pueden conservar a muy baja temperatura, suspendiendo temporalmente sus funciones celulares, por si son necesitados en un futuro.

La infertilidad es un problema creciente en nuestro país, en 2011 se cifraba en 800.000 el número de parejas que padecían infertilidad y existen datos que aseguran que la cifra aumenta a razón de 20.000 parejas al año. De manera que la inversión en este tipo de técnicas es prioritaria.

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