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Sanidad le podría dar la espalda a la infertilidad



Recientemente se ha publicado que Ana Mato, Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad anunció su intención de eliminar la reproducción asistida del catálogo de servicios mínimos y no sufragará los tratamientos, añadiendo supuestamente que “quien quiera una Sanidad de lujo, que se la pague”. En el artículo no se da más detalles sobre cuándo y dónde se dijo esto concretamente.

La realidad, en palabras del Ministerio en un desmentido que han emitido a otro medio del sector, es que este recorte es algo que no se han planteado todavía y que esa noticia ha sido publicada por un periodista que estaba sacando de contexto palabras dichas en el ámbito privado, por lo tanto, no se pueden tomar como algo oficial. Y según hemos podido comprobar desde lainfertilidad.com llamando personalmente al Ministerio, nos informan desde su gabinete de Prensa que la cartera de servicios mínimos sigue intacta y que no hay que preocuparse, que se seguirán llevando a cabo.

De todos modos, por otra parte e independientemente a esta polémica, Murcia, Asturias y Cataluña ya han limitaron el alcance de sus programas de fertilidad, reduciendo los hospitales que ofrecen este tipo de tratamientos y la inversión en reproducción asistida, entre otras medidas, poniendo una barrera más a un problema que afecta a más de 800.000 parejas y que cada año suma más de 16.000 nuevos casos en nuestro país.

Indudablemente, así como en el resto de recortes en sanidad, esto abriría una brecha aún mayor y tal vez insalvable por muchos años entre los que tienen dinero y los que no lo tienen. En un país en el que hace falta que nazcan niños, esto no son buenas noticias. Ya es muy difícil concebir para las parejas con problemas de fertilidad, como para que ahora se reduzcan sus posibilidades un poco más y haya que limitarse a la sanidad privada, prohibitiva para la mayoría.

Podemos ver que el deseo de ser padres puede con la crisis, de todos modos, ya que las clínicas indican un claro aumento de casos atendidos en los últimos años: según datos del Instituto Valenciano de infertilidad (IVI), en 2011 se realizaron 26.324 ciclos de reproducción asistida frente a los 24.864 de 2010. Tener hijos es algo que no entiende de barreras y muchos pagan lo que haga falta por conseguir su sueño, la Madre Naturaleza se lo ha puesto más difícil, pero no imposible.

Para luchar contra esta hipotética propuesta ministerial no han tardado en surgir hilos de discusión en foros y peticiones online para frenarla. Quizá la solución podría pasar por saber diferenciar los orígenes de la infertilidad y saber en qué casos aplicar tratamientos en hospitales públicos, como hacen en Reino Unido, que tienen muy bien organizado el “a quién y cuándo” ayudar. En otros países de la Unión Europa directamente no financian nada, como Holanda, pero atenerse a esta medida después de haber estado evolucionando en este campo hasta convertirse en líderes en Europa en esta especialidad no es una solución que inspire muy buenos augurios.

Cierto es que el gasto público en Sanidad se ha visto incrementado por la inclusión de muchos servicios que se han convertido en mínimos, pero la solución no debería estar en eliminar, sino en, como máximo, disminuir la inversión -o ser más selectivos en cuanto a asignar los casos en los que se financiarán los tratamientos- y mantener los servicios que ya se prestan. A las madres que aún tienen colas de meses y años a la espera de ser atendidas, esta medida les haría un flaco favor. Ya no solo económicamente sino emocionalmente. Hemos hablado con Hannah, asidua usuaria de nuestro foro, para que nos cuente cómo lo ve ella: “Creo que es una estrategia para estratificar más la sociedad y rendir un culto al capital o a los que lo tienen. Seguro que antes que de la Sanidad y Educación se puede sacar el dinero de muchísimos otros sitios. Pero con una buena divulgación de la idea de que no hay más remedio y que, por ejemplo, la reproducción asistida es un lujo, seguro que los no afectados no le verán ningún problema a eliminarlo”.

Esto, sin embargo, es algo que se lleva diciendo años que se va a hacer, según nos cuenta una usuaria de nuestro foro, y nunca lo hacen. Estamos a la espera de que se presente esa nueva cartera de servicios mínimos para ver qué sorpresa nos llevamos. Tendremos que luchar para que se nos oiga. Por el momento, ya hay peticiones online creadas por asociaciones de afectados por la infertilidad que están intentando alzar su voz contra esta noticia, una de la Asociacion Española de Ovarios Poliquisticos y otra de la Asociación de Afectadas de Endometriosis de madrid (ADAEM). Aunque no se vaya a llevar a cabo como tal ahora mismo ese recorte, todos somos conscientes de que algún día podrían llegar a planteárselo, como parece de hecho que ya están haciendo en algunas comunidades.

De todos modos, el hecho de conseguir miles de firmas en una sola petición puede que no consiga hacer cambiar de opinión al Ministerio per se, pero sí que granito a granito de arena conseguiremos una mayor visibilidad en internet, que hoy en día es una herramienta muy a tener en cuenta, es donde se reunen las personas para reivindicar sus derechos día tras día y donde todos tenemos nuestro rincón para alzar la voz, además de en los medios de comunicación de masas tradicionales en prensa, televisión y radio.

Hannah también nos da su visión sobre cómo actuar en el caso de que nos veamos ante el recorte en un futuro próximo: “Hay que conseguir firmas, involucrar más a los partidos de la oposición para que protesten y, sobre todo, conseguir la atención de los medios. Con datos en la mano y buenos argumentos tal vez se pueda llegar a un término medio”.

Conseguir que cada vez más colectivos de afectados y medios de comunicación salgan a luchar por ello se convierte en un arma más de presión para hacer ver a los que tienen el poder de tomar las decisiones que no es una buena opción. El derecho a traer nuevas vidas al mundo debería prevalecer sobre todo lo demás. De otra manera, España seguirá cayendo en sus índices demográficos más de lo que ya lo está haciendo.