El cáncer es una de las enfermedades que afectan a la fertilidad de la mujer. Cuando el organismo femenino se somete a un tratamiento de quimioterapia, la capacidad reproductiva de la mujer se reduce considerablemente. Los fármacos empleados en estos tratamientos tienen la función de inhibir la multiplicación celular, resultando tremendamente agresivos. Como consecuencia de ello, la concepción no es posible durante el tratamiento, así como cierto tiempo después de superar la enfermedad.
Este hecho hace que muchas mujeres experimenten una creciente preocupación sobre si podrán o no ser madres cuando son diagnosticadas de cáncer. Ser madre después de un cáncer es una idea que muchas mujeres tienen, pero que, hasta hace poco, no se sabía si se podría hacer realidad por el deterioro que su cuerpo ha experimentado durante la quimioterapia.
Hoy en día, la vitrificación de ovocitos aparece como una oportunidad de que las mujeres puedan posponer su capacidad reproductiva, resultando una técnica que ha proporcionado unos resultados muy satisfactorios.
¿En qué consiste la vitrificación de ovocitos?
Un ovocito es una célula germinal femenina que todavía no se ha convertido en un óvulo maduro. En otras palabras, es un óvulo inmaduro que necesita de un complejo proceso de división celular para madurar y dar lugar a un óvulo maduro.
La vitrificación de ovocitos es una técnica utilizada para la preservación de la capacidad reproductiva de la mujer, permitiéndole posponer el momento de ser madre el tiempo que lo desee. Cuando ese ovocito vitrificado vuelve a incorporarse al cuerpo de la mujer, las posibilidades de un embarazo son las mismas que en el momento en el que cual los ovocitos fueron vitrificados.
Este tratamiento está especialmente indicado para mujeres que por algún motivo quieran posponer su maternidad, como puede ser someterse a un tratamiento de quimioterapia, mujeres que se han sometido a una cirugía sobre el ovario de forma repetida como son los casos de endometriosis, así como pacientes que tienen una baja respuesta en la acumulación de ovocitos.
El proceso de vitrificación de ovocitos es un procedimiento corto, no tiene efectos secundarios ni supone ningún riesgo para la salud de la paciente. En un primer paso se realizan los controles médicos adecuados para poder iniciar este tratamiento. Posteriormente se lleva a cabo una estimulación de la ovulación con el uso de hormonas. El siguiente paso consiste en una aspiración folicular de los ovocitos. Cada mujer cuando nace tiene una reserva ovárica de unos 400 000 ovocitos, en este procedimiento se pretende obtener en torno a nueve ovocitos. La aspiración se lleva a cabo de una forma sencilla, no produce molestias en la paciente, solamente las derivadas de la sedación. Una vez extraídos se lleva a cabo el procedimiento de vitrificación. Para ello los ovocitos son tratados con sustancias crioprotectoras y posteriormente se sumergen en nitrógeno líquido. De esta manera se consigue evitar que se formen cristales de hielo en el paso de la congelación, cristales que podrían producir daños en el óvulo. Este método hace posible que un alto número de óvulos extraídos sobrevivan y puedan ser conservados el tiempo necesario. Una vez reimplantados los óvulos presentan los mismos resultados que los óvulos frescos, no presentando alteraciones por el hecho de haber sido conservados en nitrógeno líquido un cierto tiempo.
La vitrificación de ovocitos es una esperanza para las pacientes de cáncer, que hará posible su sueño, ser madre después de un cáncer. Cuando se diagnostique la enfermedad y se plantee el tratamiento de quimioterapia es necesario consultar con los especialistas para comenzar el procedimiento de preservación de la fertilidad lo antes posible, evaluándose factores como son la edad, la función ovárica y la reserva folicular de la paciente, determinándose de esta forma el tiempo del que se dispone para poder llevar a cabo este procedimiento. Dependiendo del número de ovocitos que se consigan vitrificar el éxito del pronóstico reproductivo puede variar.
Superar un cáncer es un paso difícil en la vida, pero saber que la pérdida de la fertilidad no será otro de los efectos secundarios del mismo hace que los malos momentos resulten mucho más llevaderos, manteniendo la esperanza de poder concebir cuando la vida vuelva a la normalidad.