Podría decirse que el problema de la sociedad moderna es un problema de visión. Nos cuesta entender que cada persona lucha sus propias batallas y ellas son tan válidas como las nuestras. Nos cuesta, en pocas palabras, ponernos en los zapatos del otro.
Si así lo hiciéramos, si tratáramos por un minuto de sentirnos cómo se siente la otra persona, sería mucho más sencillo comprender su postura y entender por qué se comporta de una manera y no de otra. Al hacerlo podríamos sin duda mejorar nuestra comunicación con otros y hacer del mundo un lugar mucho más amable.
Nuestra percepción del otro define la forma en la que nos relacionamos con él. Por ello es importante cultivar la empatía, que es no es más que la capacidad de ponernos en los zapatos del otro para entender mejor qué siente o teme, por qué lucha, qué observa y de qué forma anhela la felicidad.
La empatía es clave para llevar una vida en armonía con otros e inclusive con nosotros mismos. Sin embargo, hay que entender también que no se trata de una cualidad innata. Identificarse mental y afectivamente con el estado de ánimo de otro no es sencillo, pero es una habilidad que podemos desarrollar y potenciar con un poco de trabajo interno.
Prestar los zapatos tampoco es una cualidad que nace con nosotros. Las personas no suelen abrir sus sentimientos y pensamientos tan fácilmente a otros. Sin embargo, es una confianza que puede ganarse poco a poco practicando la empatía, haciéndole sentir a otros que entendemos sus problemas y que sabemos que cada uno vive una realidad distinta.
Consejos para cultivar nuestra empatía
Hay muchas acciones que nos pueden ayudar a ser mucho más empáticos con otras personas. Debemos saber que para ser empáticos se necesita algo más que ser una ‘buena persona’. Para poder ponernos en los zapatos de otra persona y entender su realidad es vital entender lo que dice con sus palabras, pero también lo que no dice. Es ofrecerle la certeza de que le escuchas y te interesas por lo que le pasa.
Para cultivar nuestra empatía es necesario contar con un equilibrio emocional, conocernos a nosotros mismos y tener autoestima. Es necesario aprender a valorar lo positivo que hay en el otro y saber comunicar ideas de una forma constructiva para que ambas personas puedan sentirse a gusto.
Sin embargo, existen cuatro pensamientos o ideas que si las pones en práctica podrían ayudarte a aprender a ponerte en los zapatos del otro.
El primero de ellos tiene que ver con la compasión. Debes permitir que tu corazón se estremezca con el sufrimiento de otros y una vez que lo hagas debes generar el deseo de eliminar su sufrimiento de alguna forma.
La segunda idea que te ayudará en el proceso de cultivar tu empatía es alegrarte por la felicidad y la prosperidad de otros. De esta forma eliminarás el egoísmo de tu vida y serás capaz de entender que puedes sacar experiencias positivas al compartir la alegría de otros.
El tercer pensamiento que te ayudará en el proceso de convertirte en una persona más empática es aprender a soltar a los demás, a darle tu espacio y a no tomarte nada personal. Cuando somos capaces de ponernos en los zapatos de otros aprendemos que el mundo o las personas no tienen nada contra ti.
Y por último, debes aprender a cultivar el deseo de que los demás sean felices. Es importante dejar de lado la naturaleza competitiva y enfocarnos más en las acciones positivas. Recuerda siempre que lo que lo que caracteriza a los seres humanos no es la violencia ni su astucia depredadora, sino más bien su capacidad de sintonizarse con otros.
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