Hola a todas,

Soy nueva en el foro, aunque ya os leía desde hace un tiempo, sin atreverme a intervenir. Con la esperanza de que mi paso por los tratamientos de reproducción asistida fuera relativamente rápido, pero por lo visto no va a ser así.

Os cuento: mi marido tiene una lesión medular (mielitis trasversa) que da como resultado una azoospermia. Yo sin problemas. Intentamos durante año y medio tener hijos por vía natural (aun siendo yo consciente, más que él, de que esa vía era imposible. Como así fue. Así que en febrero de 2007 tuvimos la primera consulta con el gine en Quirón Donostia que indicó, tras paso por urólogo, una biopsia testicular para diagnosticar si había o no espermatozoides en el tejido testicular. La biopsia (18 de abril) dio resultado positivo pero sin posibilidad de congelar el tejido testicular. Así que nos remitieron a un ICSI-TESA que iniciamos el 31 de agosto de 2007 con inyecciones de Procrin y primer control el 14 de septiembre. La punción ovárica y la biopsia para obtener tejido testicular fue el día 30 de septiembre; resultado: 31 ovocitos. Según el gine, resultado excepcional. De esos 31 ovocitos, 29 eran maduros y se fecundaron; sólo 6 llegaron al estadio de embriones. Me implantaron 3 embriones el día 3 de octubre; los otros 3 no se pudieron congelar por no ser de calidad óptima. Éste fue el primer golpe duro porque con tantos ovocitos, nunca imaginé que no iban a poder congelarse. De hecho, el gine no nos lo advirtió.

El día 4 de octubre empiezo con mareos, náuseas y malestar general que se agudizan el día 5, con resultado de ingreso de urgencia el 5 por la noche en Quirón con un cuadro de Síndrome de Hiperestimulación Ovárica moderado (un tripón con retención de líquidos impresionante, náuseas, malestar, etc.). Tres días ingresada y una semana de reposo en casa. Además el gine me dijo que con tantos ovocitos, era normal que lo pasara mal después de la punción, pero no advirtieron la posibilidad de un SHO. Lo único que me dijo es que si no estaba embarazada, entre los días 7 y 9 después de la transferencia, la tripa de retención de líquidos desaparecería y me bajaría la regla. Lo que no ocurrió, aunque sí noté dolores premenstruales durante esos días, pero aun y todo empecé a ilusionarme. Tanto es así que en la clínica me dijeron que tenía que hacerme el test de embarazo el día 17 de octubre y llegué a poder hacerme ese test que, a estas alturas ya imagináis, dio negativo. Y eso que la tripa no se me había reducido demasiado y la regla no me había bajado. Llevaba en tratamiento de Utrogestán vaginal desde el día de la transferencia. Hablé con el gine y me dijo que suspendiera el Utrogestán y si no me bajaba la regla antes del día 20, que repitiera el test el día 20 (o sea, ayer). Pero la regla me bajó la misma noche del día 17 de octubre.

En fin, el palo ha sido gordísimo. Estaba preparada para que no funcionara a la primera, pero no para no tener embriones congelados, ni para pasar el susto del SHO. Y menos para tener que empezar desde cero otra vez, sobre todo teniendo en cuenta que mi marido tendrá que hacerse la tercera biopsia y claro tampoco es plan de dejarle sin testículo. Llevo desde el día 17 llorando a mares, y hoy es el primer día que puedo contar la historia sin que me caigan las lágrimas.

El gine nos ha dicho que su consejo es volver a intentarlo porque soy joven (31 años) y tengo una reserva ovocitaria espléndida (31 ovocitos por ciclo). Así que es más que probable que en cada ocasión, me puedan transferir el máximo de embriones permitido por ley: 3. Y eso me da unas posibilidades del 40% en cada ocasión de quedarme embarazada. El dinero del tratamiento por ahora no es mucho problema: la “broma” nos ha costado unos 7500 euros entre ICSI, 2 TESA y medicinas, pero lo hemos conseguido pagar sin agobios. Pero otro tratamiento estará por esas cifras de nuevo y el tema empieza ya a sangrar. El intento sería con la regla de diciembre y con punción y transferencia hacia finales de enero de 2008.

Reconozco que he perdido un poco la fe en mi gine, porque hay cosas que no me explicó y no me detectó. E incluso el día de la transfer me dijo que si no llego a tener 31 ovocitos, igual llego a la transfer y no hay embriones para transferirme, lo que me dejó hecha polvo en la mesa de operación.

Bueno, ésta es mi historia. Supongo que no tiene nada de especial en comparación con la de todas vosotras, pero reconozco que estoy moralmente muy tocada.

Besos a todas. Y gracias por leerme.