Mi nombre es María Peña, soy psicóloga sanitaria y colaboradora de ASPROIN. En esta entrada voy a hablar del Lupus y el embarazo.
El Lupus Eritematoso Sistémico (LES) afecta al 1% de la población. Se trata de una enfermedad autoinmune, en la que se generan anticuerpos frente a ciertos tejidos normales. Esto produce inflamación y lesiones cutáneas, articulares, renales o cardíacas, entre otras.
El foco de actuación de esta enfermedad crónica es cualquier parte del organismo. Los más frecuentes son el hígado (el primero que suele atacar), los riñones, las articulaciones, la piel, los pulmones, los vasos sanguíneos, el sistema nervioso y el aparato reproductor.
Afortunadamente, en los últimos años se ha avanzado notablemente en el manejo y control terapéutico de los pacientes con LES. Lo que, consecuentemente, ha mejorado su pronóstico y calidad de vida.
Se trata de una enfermedad predominante en las mujeres y jóvenes. Esto hace que el diagnóstico y comienzo de la enfermedad coincida con la decisión de tener hijos. Anteriormente se contraindicaba, por inducir en un mayor riesgo de reactivación y agravamiento de la enfermedad. Gracias al avance científico, en la actualidad, se considera que el embarazo no va a empeorarla.
Aunque por sí mismo el lupus no provoca esterilidad, hay casos que presentan una mayor frecuencia de abortos de repetición.
Valoración preconcepcional: Para que la gestación no empeore la enfermedad, es de vital importancia que se consulte con el médico que lleva el caso, si es posible en ese momento tener hijos. Éste evaluará el riesgo cardiovascular y de la actividad de la enfermedad.
Si identifica como apta a la paciente, podrá planificarse exhaustivamente el embarazo. Se suele contraindicar en los casos de complicaciones viscerales graves, cuando la administración de medicación induzca malformaciones fetales, o cuando el embarazo pudiera deteriorar la función renal.
La valoración previa a la concepción es primordial. Existe un elevado riesgo de que se “despierte” la enfermedad debido al incremento de hormonas sexuales femeninas durante el embarazo. Esta valoración mejora de forma considerable el pronóstico perinatal y evita el empeoramiento del LES que se da en más de la mitad de los casos.
Además, el embarazo podría verse también afectado. Por ejemplo, con el aumento de la incidencia de perdidas gestacionales, parto prematuro o preeclamsia.
Lupus y Tratamientos de Reproducción Asistida (TRA): Los TRA, se dé o no con el apoyo de otras medidas farmacológicas, se programan en situación de enfermedad controlada.
En la aplicación de los TRA se sigue los mismos criterios que se recomiendan cuando se produce una gestación espontánea.
Cuando se indica un tratamiento farmacológico que induzca la ovulación, para aumentar las posibilidades de gestación, existe el riesgo de que se induzca un estado de hiperestrogenemia transitoria. Ésto, teóricamente, podría interferir en la evolución de la enfermedad.
Es común que sólo se introduzca un embrión en la transferencia, ya que, si se produce el embarazo, éste será de riesgo. Introducir uno sólo evitará los riesgos adicionales de un embarazo múltiple.
Control durante la gestación: Cuando se produce el embarazo en mujeres con LES, es recomendable un manejo de distintas disciplinas médicas, que incluya al especialista en enfermedades autoinmunes.
El control médico a través del seguimiento clínico y analítico programado, es fundamental para identificar precozmente posibles manifestaciones que afectan a la salud materna y fetal. Fuentes consultadas: – Servei de Medicina Maternofetal. Hospital Clinic Barcelona – Servicio de Obstetricia y Ginecología. Hospital Universitario Granada – Asociación Colombiana de Reumatología – Reumatología Clínica – Institut Clinic
María Peña, psicóloga sanitaria
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