Un grupo de científicos inventó una máquina para transferir el dolor del parto de la madre al padre.
Escogieron a una pareja para la primera prueba y le explicaron que la máquina podía programarse para transferir un porcentaje del dolor de la madre al padre.
El parto comenzó… la máquina se programó para transferir el 20 % del dolor…
– “No siento nada”- dijo el padre-, “súbanle a la máquina”.
El porcentaje de transferencia se elevó a 50%.
– “Todavía no siento nada”, – dijo nuevamente el padre, – “súbanle más”.
El porcentaje de transferencia se elevó al 100. El niño nació sin problemas y tanto la madre como el padre disfrutaron del parto totalmente libres de dolor.
A la mañana siguiente, cuando llegaron a casa, encontraron al LECHERO…
!!! muerto en la puerta !!!!
DIALOGO DE PAREJA
Todo sucedió en un lluvioso y lánguido día de otoño. Elisa y Emilio pasaban la tarde juntos en su casa plácidamente leyendo y escuchando música mientras se hacia de noche. Todo discurría con una sosegada normalidad hasta que… Elisa hizo una pregunta:
Elisa: ¿Que harías si me muriese?
Emilio: Te guardaría luto.
Elisa: ¿Durante mucho tiempo?
Emilio: Muchísimo tiempo!
Elisa: ¿Por qué?
Emilio: (serio) Porque te quiero y tu perdida seria dolorosa para mi. ¿Por qué?
Elisa: (con una sonrisa). Que bonito. ¿Volverías a casarte?
Emilio: No
Elisa: (con expresión dolida) ¿Por que no? ¿No te gusta estar casado?
Emilio: Si que me gusta
Elisa: ¿Entonces si que te volverías a casar?
Emilio: (carraspea) Creo que después de haberte guardado luto durante el tiempo suficiente y mi vida volviese a tener sentido, si.
Elisa: ¿También dormirías con ella en nuestra cama?
Emilio: Es de suponer, no?
Elisa: ¿Reemplazarías mi foto por la de ella en la mesilla de noche?
Emilio: Pondría las dos fotos.
Elisa: ¿También tendrías sexo con ella? ?En nuestra cama?
Emilio: (bebiendo un sorbo de café) Seguramente llegaríamos a eso. Si.
Elisa: ¿Jugarías también al golf con ella?
Emilio: Si, lo haría
Elisa: ¿Le darías mis palos?
Emilio: No, es zurda.
Elisa: ¿¿¿Como???
Emilio: ¡ Mierda…!.
SOBRE HOMBRES Y MUJERES
No queremos ser sexistas o recurrir a tópicos, pero es cierto que hombres y mujeres tienen diferentes cosas en la cabeza. Si no leed lo que le pasó una amiga.
Esto fue lo que nos contó nuestra amiga:
El sábado por la noche lo encontré raro. Habíamos quedado en encontrarnos en un bar para tomar una copa. Estuve toda la tarde de compras con unas amigas y pensé que era culpa mía porque llegué con un poco de retraso a mi cita, pero él no hizo ningún comentario. La conversación no era muy animada, así que le propuse ir a un lugar más íntimo para poder charlar más tranquilamente.
Fuimos a un restaurante y él se seguía portando de forma extraña. Estaba como ausente. Intenté que se animara y empecé a pensar si sería por culpa mía o por cualquier otra cosa. Le pregunté y me dijo que no tenía que ver conmigo. Pero no me quedé muy convencida.
En el camino para casa, en el coche, le dije que lo quería mucho y él se limitó a pasarme el brazo por los hombros, sin contestarme.
No sé cómo explicar su actitud, porque no me dijo que él también me quería, no dijo nada y yo estaba cada vez más preocupada.
Llegamos por fin a casa y en ese momento pensé que quería dejarme. Por eso intenté hacerle hablar, pero encendió la tele y se puso a mirarla con aire distante, como haciéndome ver que todo había terminado entre nosotros.
Por fin desistí y le dije que me iba a la cama. Más o menos diez minutos más tarde, él vino también y, para mi sorpresa, correspondió a mis caricias e hicimos el amor. Pero seguía teniendo un aire distraído.
Después quise afrontar la situación, hablar con él cuanto antes, pero se quedó dormido.
Empecé a llorar y lloré hasta quedarme adormecida. Ya no sé qué hacer. Estoy casi segura de que sus pensamientos están con otra. Mi vida es un auténtico desastre.
Quisimos contrastarlo con la pareja de nuestra amiga y esto fue lo que nos contestó:
¿Que qué tal el sábado? ¡No me hables, no me hables! El sábado perdió otra vez el Madrid. No pueden jugar peor esos cabrones. Pero, bueno, al menos pude echar un polvo.
CONFESIÓN
Una chica que se las da de santa arrepentida va a confesarse. El padre, dentro del confesionario, le pide que empiece a contar sus pecados.
-Padre, el Sábado me vine de vacaciones al pueblo. Estaba sola en mi casa de campo, y tuve que llamar al electricista para que me cambiara una bombilla, un hombre alto y formado, y bueno con la oscuridad, me deje llevar y terminamos acercándonos y de alli como la cama estaba cerca, echamos un polvito. Pero estoy tan apenada.
El padre se saca una carterita de ron y se agacha para echarse un buche.
-Ay Padre huele como a licor.
-Siga adelante hija no se distraiga.
-Bueno, resulta que el Domingo tuve problemas de humedad, y tuve que llamar un plomero para que me revisara la cañería. Un joven muy simpático vino a casa, y mientras lo ayudaba con las herramientas empezamos a acercarnos y a sentir calor, así que fuimos a revisar el baño, y ahí terminamos revisándonos mutuamente. Pero estoy tan apenada. Padre, ¿no huele como a aguardiente?
-Continúe hija- dice el Padre soltando la carterita entre la sotana.
-Ayer Padre, fue horrible, se me quedo cerrada la puerta del cuarto y la llave adentro, así que llame a un cerrajero y de una vez al carpintero para que me forzaran la puerta y después me hicieran un remate si quedaba muy estropeada. Entonces mientras estábamos forcejeando la puerta nos fuimos empujando unos con otros de cerquita, y ahí comenzó todo, entre los dos chicos me hicieron un buen trabajo. ¡Ay pero estoy tan arrepentida! Oiga Padre, ahora si estoy segura de que me huele a aguardiente. Y además del barato.
– ¡Coño, hija! ¿Vas a seguir? A mi hace rato me huele a puta y no he dicho nada.
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Bueno, pues eso, a ver si nos reimos un poquito!!!!!
NURIA
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