Ecografía Embarazo
La ecografía es una técnica de diagnóstico por la imagen que puede ser practicada por vía vaginal o abdominal (según la época de la gestación y condiciones) y que permite la visualización del feto y su entorno (placenta, líquido amniótico, etc.)
La tasa de detección de anomalías mediante ecografía puede variar mucho en función del momento en el que se realice (es más fiable alrededor de las 20 semanas), el tipo de anomalías (algunas tienen poca o nula expresividad ecográfica), las condiciones de la gestante (obesidad, poca cantidad de líquido amniótico u otras) y la propia posición del feto.
La ecografía sólo informa de la existencia de posibles anomalías físicas y no de defectos congénitos de otra naturaleza (bioquímicos, metabólicos, genéticos, cromosómicos. etc.). Por tanto, una ecografía con resultado normal no garantiza que el niño nazca sin alteraciones o retraso mental.
En algunos casos, la detección de una anomalía puede ser tardía (infecciones fetales, algunas anomalías digestivas, obstrucciones urinarias o intestinales, trastornos del esqueleto, etc.), dado que tales patologías se originan o manifiestan en una etapa avanzada de la gestación.
En algunos centros con tecnología muy avanzada se realizan las ecografías 4D. La ecografía 4D no tiene aún demostrada su utilidad como método diagnóstico, aunque en algunos casos puede ayudar a identificar con más precisión ciertas anomalías diagnosticadas en la ecografía convencional.
Posibilidad de diagnóstico según la semana del embarazo:
– Ecografía de 12 semanas. Es la más precoz y permite la evaluación de algunas malformaciones muy graves. Entre la semana 10 y 14 del embarazo, es el período óptimo para realizarse la ecografía llamada Translucencia nucal (TN), en la que se pueden detectar posibles anomalías fetales.
Translucencia nucal: en todos los fetos se acumula líquido pseudolinfático en la zona de la nuca, entre los tejidos blandos y la piel. El espesor de esta zona no debe superar los 3 milímetros de espesor. Si el valor es superior, podría ser un indicador de que el feto tiene una anomalía cromosómica.
Hay que tener en cuenta que éstos son indicadores de una probabilidad de que exista una anomalía pero no son en sí mismos un diagnóstico. Por esta razón, en el caso de que una translucencia nucal supere los 3mm de espesor, se aconseja realizarse una amniocentesis o biopsia decorion, ya que estos estudios dan datos más precisos y fiables, para así poder descartar o confirmar una alteración genética.
Esta ecografía puede establecer, entre otras enfermedades, la trisomía 21 o síndrome de Down. Detecta aproximadamente el 80% de los fetos con T-21. En los casos de síndrome de Down, la acumulación excesiva de líquido puede ser explicado por una sobreexposición del colágeno del tipo VI codificado por un gen en el cromosoma 21.
Se ha encontrado que la translucencia nucal está aumentada en más del 70% de los casos de síndrome de Down, Trisomía 18 y Trisomía 13 y en otros problemas cromosómicos comparados con el 5% de la población normal. También se encontró asociación con la presencia de cardiopatías, hernia diafragmática[1], alteraciones linfáticas y síndromes genéticos. El riesgo es directamente proporcional a la medida de TN, es decir, a mayor espesor mayor riesgo y viceversa. El espesor de la TN tiende a disminuir a medida que el embarazo avanza.
– Ecografía de 20 semanas. Es una ecografía muy importante, en ella se realiza un repaso sistemático a toda la anatomía fetal de la cabeza a los pies. Su objetivo es descartar malformaciones o alteraciones fetales y comprobar el bienestar del bebé dentro del útero. En ocasiones, por la posición fetal hay que realizarla en dos tiempos para permitir al feto cambiar dicha posición y mostrarnos la totalidad de su anatomía. No se considera finalizada hasta que toda la anatomía ha sido evaluada.
– En el tercer trimestre de la gestación (32-34 semanas) podemos diagnosticar malformaciones que se manifiestan más tarde, pero a veces la posición fetal y la falta de espacio dentro del útero en esta edad gestacional hacen difícil la visualización de todas las estructuras. Algunas malformaciones no se pueden diagnosticar durante el embarazo porque no tienen expresividad en la época prenatal, como por ejemplo la comunicación interauricular (CIA), que es un defecto en un tabique del corazón.
Como malformaciones más comunes encontramos las renales y las cardíacas. Su detección permite planificar mejor el control de la gestación y establecer un pronóstico de cómo nacerá el bebé, de las mejores condiciones para el parto y del posible tratamiento una vez haya nacido. También se puede observar la espina bífida. Es la malformación más frecuente del sistema nervioso central, que aparece en 0.3-3/1000 recién nacidos vivos y consiste en un defecto del cierre de la línea media del canal vertebral. La espina bífida se puede diagnosticar prenatalmente en un alto porcentaje de fetos (alrededor del 95%) con la ecografía, si bien hay defectos pequeños o variedades que son difíciles de detectar.
Ecografía doppler
La técnica doppler es una ecografía a color, que se utiliza para medir y evaluar el flujo de sangre que circula a través de las cavidades y las válvulas del corazón del bebé. Permite saber la cantidad de sangre que se bombea con cada latido, lo cual es fundamental para determinar el buen funcionamiento de su corazón, así como para analizar las válvulas cardíacas y las paredes del corazón. Esto ayuda a detectar de forma precoz cualquier anomalía que pudiera tener el bebé para así actuar de la forma más conveniente cuando nazca. También se utiliza para ver las arterias uterinas en casos de mujeres con riesgo de hipertensión durante el embarazo o cuando hay sospecha de retraso de crecimiento intrauterino. Se controlan también las arterias umbilicales para asegurarse de que el flujo de sangre, los nutrientes y el oxígeno están llegando adecuadamente al bebé.
Hernia difragmática: es causada por una unión inapropiada de estructuras durante el desarrollo fetal. Se produce una abertura anormal en el diafragma que permite que los órganos abdominales aparezcan en la cavidad torácica. De esta manera, el tejido pulmonar del lado afectado no puede desarrollarse completamente.