Síndrome antifosfolípido
El síndrome de anticuerpos antifosfolípidos (llamado por lo general síndrome antifosfolípido, o SAF) es una enfermedad autoinmune de identificación reciente que se presenta principalmente en mujeres jóvenes. Las personas con SAF fabrican proteínas anormales denominadas autoanticuerpos antifosfolípidos en la sangre. Esto hace que su sangre fluya en forma inadecuada y puede provocar la formación de coágulos peligrosos en venas y arterias, problemas para un feto en desarrollo y abortos espontáneos. Las personas que padecen este trastorno pueden estar sanas en otros aspectos o pueden sufrir además una enfermedad subyacente, la más frecuente de las cuales es el lupus eritematoso sistémico (o LES).
DATOS BÁSICOS
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Los anticuerpos antifosfolípidos están presentes en un 15% a 20% de todos los casos de trombosis venosa profunda (coágulos sanguíneos) y en un tercio de los ataques cerebrales nuevos que se producen en personas de menos de 50 años.
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Son la principal causa de abortos espontáneos recurrentes y complicaciones durante el embarazo cuando no se hallan otras causas.
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Una vez diagnosticada la enfermedad, en la mayoría de los casos se puede prevenir la recurrencia de los síntomas con la terapia adecuada.
¿QUÉ ES EL SAF?
El SAF es una enfermedad autoinmune que puede causar la formación frecuente de coágulos en venas y arterias y abortos espontáneos. Los coágulos se producen debido a la presencia en la sangre de proteínas denominadas autoanticuerpos antifosfolípidos (aFL), que atacan los propios tejidos de la persona. Estos autoanticuerpos interfieren con la coagulación, lo que conduce a la formación de coágulos o trombosis (el flujo de sangre se detiene debido a un coágulo).
El daño ocasionado por los coágulos varía según el lugar en el que se forman. Por ejemplo, la aparición repetida de coágulos pequeños puede ocasionar daño cardíaco o engrosamiento de las válvulas, con el riesgo de que se liberen coágulos en la sangre (lo que se denomina embolia arterial). Los aFL también puedan asociarse a un infarto en personas jóvenes sin ningún factor de riesgo cardíaco conocido. Los coágulos en las arterias cardíacas pueden causar un ataque al corazón, mientras que los coágulos en las arterias cerebrales pueden ocasionar un ataque cerebral. Los coágulos de los aFL pueden producirse en cualquier parte de la circulación y pueden afectar a cualquier órgano del cuerpo.
Los coágulos que se forman en las venas suelen producirse en la parte inferior de las piernas. Los coágulos en las venas de las piernas pueden romperse y desplazarse hasta el pulmón, ocasionando una condición muy seria llamada embolia pulmonar. La embolia pulmonar bloquea el flujo sanguíneo al pulmón y reduce la cantidad de oxígeno en la sangre. En casos limitados pueden producirse episodios trombóticos reiterados en un lapso breve que ocasionan un daño progresivo a varios órganos. Esta enfermedad aguda con riesgo de muerte también se llama SAF catastrófico. Los pacientes con SAF también pueden sufrir otros problemas, entre ellos tener baja cantidad de plaquetas, decoloraciones moradas moteadas de la piel (livedo reticularis) y ulceraciones cutáneas.
En las mujeres embarazadas, los aFL pueden provocar abortos tempranos o tardíos y preeclampsia (hipertensión arterial y cantidad elevada de proteínas en la orina durante el embarazo). En un principio se sugirió que los aFL eran los responsables de la formación de coágulos en los vasos sanguíneos de la placenta, lo que causaba un retraso en el crecimiento fetal. Los aFL también pueden atacar en forma directa los tejidos placentarios e impedir su crecimiento y desarrollo.