Beber leche de vaca, ¿contraproducente para lograr un embarazo?
Existe un ámplio número de estudios realizados que señalan la relación negativa entre el consumo de leche y la fertilidad de la mujer. La investigación principal que versó sobre este tema fue llevada a cabo en la Escuela de Medicina de Harvard en 1994.
Esta investigación descubrió que en países con más alto consumo de leche, tenían corno correlación el incremento de infertilidad en las mujeres por cuestiones de edad. Este estudio, que demandó ocho años de investigación e involucró la monitorización de 18.555 mujeres entre los 24 y 42 años de edad sin antecedentes de infertilidad, indicó que 438 mujeres se volvieron infértiles a la fecha de finalización del período del estudio. Los investigadores de Harvard encontraron que la ingesta de dos o más productos lácteos grasos por día incrementaba un 85 % la posibilidad de infertilidad en la mujer. La declinación de la fertilidad asociada por la ingesta de leche se ha manifestado aún en mujeres de veinte años de edad.
Una vez llegados a adultos, nuestro cuerpo no dispone las enzimas necesarias para desdoblar las moléculas de azúcar de la leche. Por tanto, el azúcar principal de la leche, la galactosa, no puede ser apropiadamente digerida normalmente. La galactosa es tóxica para los óvulos no fertilizados; las mujeres con altas concentraciones de galactosa en el flujo sanguíneo son infértiles.
Se ha demostrado que el consumo prolongado de leche pasteurizada y desprovista de enzimas es el principal factor que contribuye a la infertilidad.
A menos que bebamos leche orgánica, debes saber que a muchas vacas de cría comercial se le suministran hormonas de crecimiento bovino y antibióticos para acelerar su crecimiento y aumentar masivamente su producción de leche. Por otro lado, la leche puede contener grandes cantidades de dioxinas, al igual que la carne y sus derivados.
Es casi seguro que toda la leche pasteurizada sea también homogeneizada, proceso por el cual se pasa la leche a través de un filtro fino equivalente a una presión igual a 275,79 Bares de presión. La homogeneización reduce el tamaño de las moléculas grasas de la leche hastaun tamaño tan pequeño que, en realidad, pueden evitar el proceso de digestión por el que las proteínas y grasas son eliminados en el intestino o en el estómago. El resultado es que las moléculas grasas de la leche pasan directamente al flujo sanguíneo y, si es inorgánica, entregan su carga venenosa de hormonas, pesticidas y esteroides directamente al cuerpo.
Eso significa que la leche, especialmente la leche no orgánica, está repleta de compuestos dañinos para la fertilidad, los que, gracias a la homogeneización, son absorbidos por tu cuerpo sin que los mecanismos de defensa digestivos puedan protegerlo.
La leche también interfiere con la absorción del magnesio, y una deficiencia de magnesio ha sido relacionado con la infertilidad, el Síndrome Pre Menstrual y los abortos espontáneos.
Existen estudios que determinan que ningún tipo de leche de vaca va bien para la fertilidad. Puedes optar por la leche de avena, arroz, almendra. La leche de soja puede causar infertilidad y problemas de tiroides tanto en mujeres como en hombres.
Por último sería recomendable reemplazar la mantequilla derivada de la leche por margarinas no lácteas de fuentes orgánicas, que consisten en aceites presionados a frío que no han sido hidrogenadas por lo que están etiquetados como «libres de ácidos grasos trans». Notarás una mejoría general de salud, particularmente por la reducción de resfriados, gripes e infecciones.
La leche y la fertilidad