En 2003, un inédito estudio aseguraba que cerca de un 0,5 por ciento de la población masculina mundial sería descendente de Gengis Kan, conquistador mongol que reinó en Asia hace unos 700 años.
Esto implica que cerca de un 8% de los hombres (alrededor de 16 millones de individuos) que residían en el antiguo imperio mongol portaban cromosomas casi idénticos, de un linaje iniciado alrededor de mil años.
La investigación tomó en cuenta varios aspectos del reinado de Kan, como su violencia y conductas sexuales desmedidas, aunque si consideramos que su cuerpo nunca se recuperó y su ADN no pudo ser secuenciado, es imposible vincular de forma definitiva su legado genético.
Recordemos que cada vez que el ejército de Gengis Kan conquistaba un nuevo territorio, no sólo saqueaba la zona y eliminaba a los hombres, sino que también violaba a las mujeres. Evidentemente, Kan era el primero en seleccionar a sus víctimas.
Y Kan, con 36 esposas, legó su comportamiento a sus descendientes. Se cree que uno de ellos tuvo 40 hijos, uno de sus nietos tuvo 22 hijos y usualmente contaba con un harén de 30 vírgenes por año. Es por ello, que los investigadores aseguran que su cromosoma Y bien podría aún estar presente en millones de hombres en la actualidad.
Según Mark Jobling de la Universidad de Leicester, y Patricia Balaresque de la Universidad Paul Sabatier de Toulouse, hacen falta varias generaciones fértiles para dejar un legado similar al de Kan, al igual que un abanico en una amplia zona geográfica.
Los investigadores afirman que a menudo esto se condiciona por los sistemas sociales que permitan a los hombres engendrar hijos con varias mujeres, lo cual es muy poco probable.
Además, de acuerdo al estudio, Gengis Kan no estaría solo en esta extraña marca. Existirían otros diez hombres con el mismo grado de fecundidad, en un linaje identificado con Giocangga en China, un gobernante de la dinastía QinQ fallecido en 1582, y otro perteneciente a la dinastía medieval Uí Néill de Irlanda.
En la investigación se analizó el cromosoma Y de 5 mil hombres de 127 poblaciones en Asia, identificando once secuencias compartidos por más de 20 de los 5.321 genomas.
Los otros linajes se originaron en Asia, desde el Medio Oriente hasta el sudeste de Asia, con fechas que datan entre el 2100 a.C. y el 700 d.C., aunque en ninguno de los casos es posible identificar un nombre específico.
Se trata de fundadores que vivieron entre los años 2100 a.C. y el 300 a.C. en sociedades agrícolas sedentarias y culturas nómadas del Medio Oriente, India, el sudeste asiático y Asia central; los linajes ya mencionados de Genghis Khan y Giocangga y una tercera línea del año 850 d.C.
Según el estudio, estos linajes se ampliaron hacia al oeste por la Ruta de la Seda y el interior de Asia, con civilizaciones de hombres dominantes, con puestos de avanzada y descendientes poderosos.
Aún así, los científicos afirman que los linajes y sus candidatos necesitan más investigación, debido a que hacen falta restos humanos para analizar y las vías de razonamiento aún son indirectas. El hallazgo de la tumba de Gengis Kan sería el primer paso.