Medio centenar de parejas infértiles de la agrupación “Queremos Ser Padres” marcharon esta jornada desde el Ministerio de Salud hasta La Moneda, con coches vacíos, globos y pancartas para pedir que se reconozca la infertilidad como una enfermedad, tal como lo hizo la OMS en 2009.
La presidenta de la agrupación, Patricia Ramírez, se reunió con el director de Fonasa, Mikel Uriarte, y con el subsecretario de Salud, Jorge Díaz, quien invitó formalmente a la entidad a integrar un comité de salud reproductiva, organismo técnico que evalúa y hace un diagnóstico a nivel país del problema.
Finalmente, Ramírez entregó una carta dirigida al Presidente Sebastián Piñera con peticiones, la que fue recibida por el jefe de gabinete del ministro Secretario General de Gobierno, Andrés Chadwick. En Chile, se calcula que son alrededor de 250 mil a 300 mil las parejas que tienen problemas para tener hijos y los tratamientos de infertilidad son de elevado costo, van desde los 300 mil hasta los 3 millones 500 mil pesos por intento de embarazo.
La agrupación entregó al Gobierno un petitorio con los siguientes puntos: que la infertilidad sea reconocida como una enfermedad en Chile, tal como lo hizo la OMS en el 2009; que se amplíen los cupos ya existentes para tratamientos de fertilidad de alta complejidad, esto es in vitro e Icsis (inyecciones intracitoplasmáticas), en 600 ciclos por año; que se destinen recursos para baja complejidad, esto es, desde un examen de reserva ovárica o espermiograma, hasta una inseminación artificial, para 5 mil parejas al año, con la posibilidad de 3 intentos por pareja; modificar los criterios de inclusión para acceder al plan piloto de Fonasa: ampliar la edad de la mujer hasta los 45 años, que tener un hijo con anterioridad no sea un impedimento para postular, que baste que uno sólo de los integrantes de la pareja tenga Fonasa y que los miembros de las Fuerzas Armadas puedan acceder a estos tratamientos; se solicita la codificación total de las prestaciones que digan relación con la para obtener cobertura tanto de Fonasa como de las Isapres y que las parejas tengan la posibilidad de una atención especializada tanto en Santiago como en regiones.