Alana Saarinen es una adolescente que disfruta de la vida con una particularidad nació a partir del ADN de tres personas. ¿Cómo es posible?. Alana vino al mundo a través de una práctica de fertilización in vitro que hoy no está permitida.
La técnica incluyó el uso de las mitocondrias (llamadas las fábricas de las células) de una tercera mujer junto con el óvulo y esperma de los padres de Alana. Saarinen es una de las entre 30 y 50 personas en todo el mundo que tienen mitocondrias -y por lo tanto ADN- de una tercera persona , lo que hace su caso especial.
Fue concebida mediante un tratamiento de fertilidad pionero en Estados Unidos que luego dejó de realizarse. Aunque en la actualidad el Reino Unido está pensando legalizar un método similar para casos en los que se desea descartar la posibilidad de una enfermedad genética.
“Mucha gente dice que tengo los rasgos de mi madre, mis ojos se parecen a los de mi papá. Tengo algunas características de ellos y mi personalidad es la misma también”, dice Alana. “También tengo ADN de una tercera mujer. Pero no la consideraría un tercer padre, sólo tengo algo de su mitocondria”.
Una técnica pionera: el reemplazo mitocondrial
El proceso fue creado en los años 90 cuando el investigador clínico experto en embriología Jacques Cohen y su equipo del Instituto Saint Barnabus de Nueva Jersey, EE.UU. lograron realizar exitosamente la primera “transferencia citoplasmática”.
El científico transfirió un poco del citoplasma de una donante que contenía mitocondrias a un óvulo de Sharon Saarinen. Luego, éste fue fertilizado con el esperma de su marido y así nació la joven con la carga genética de tres personas.
En la clínica de Cohen nacieron 17 bebés como resultado de la transferencia citoplasmática, aunque algunos bebés tuvieron problemas como el caso de uno que fue “abortado naturalmente” por que se cree que le faltaba un cromosoma X. “Luego hubo otro embarazo de mellizos, en el que uno (de los bebés) fue considerado totalmente normal y al otro le faltaba un cromosoma X”, relata el experto.
Pero en 2002 el ente regulador estadounidense, la Administración de Alimentación y Fármacos (FDA, por sus siglas en inglés), les pidió a las clínicas que dejaran de hacer la transferencia citoplasmática debido a cuestiones éticas y de seguridad. Ahora la técnica parece resurgir aunque las dudas persisten ante la posibilidad de crear generaciones enteras de personas con tres tipos de ADN distintos.