Sin embargo, los autores ignoran si la FIV o algún otro factor explicarían esa asociación. “No es un riesgo excesivamente alto como para causar preocupación o temor”, aclaró Louise Stewart, autora principal del estudio e investigadora de la Universidad de Australia Occidental.
Pero agregó que los resultados demostraron que existe una relación y que los médicos deberían recordarlo.
El equipo de Stewart reunió datos de 21.025 mujeres de entre 20 y 40 años que se habían hecho un tratamiento de fertilidad en los hospitales de Australia Occidental entre 1983 y el 2002.
La información le permitió al equipo controlarlas durante unos 16 años para conocer si desarrollaban cáncer mamario.
Los autores no observaron una asociación generalizada entre la FIV y el cáncer de mamas. El 1,7 por ciento de las 13.644 mujeres tratadas sólo con fármacos, sin FIV, desarrolló la enfermedad durante el estudio, comparado con el 2 por ciento de las participantes tratadas con fármacos y FIV, una diferencia que los autores no consideraron estadísticamente significativa.
Pero eso cambió al dividir a las mujeres en dos grupos, según la edad. Las mujeres que habían comenzado a utilizar los fármacos cuando tenían 24 años y se realizaron el tratamiento de FIV tuvieron un 56 por ciento más riesgo de desarrollar cáncer mamario que las de la misma edad que se realizaron tratamientos de fertilidad sin FIV.
En tanto, el aumento del riesgo no se registró en las mujeres tratadas con o sin FIV a partir de los 40 años, según publica el equipo en Fertility and Sterility.
Stewart dijo a Reuters Health que la causa más probable de ese aumento del riesgo de desarrollar cáncer mamario en las más jóvenes sería la exposición a niveles más altos de estrógeno circulante durante los ciclos de la FIV.
“La aparición del cáncer de mamas está asociada con la exposición al estrógeno. A una exposición más prolongada, mayor será el riesgo”, indicó a través de un comunicado la doctora Linda Giudice, presidente electa de la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva.
“En un ciclo de FIV existe un aumento breve, pero significativo, del estrógeno circulante en el organismo. Por ahora, se desconoce si eso está asociado con lo observado en el estudio”, dijo.
Para Stewart, otra explicación podría ser que las mujeres más jóvenes tratadas con FIV serían muy distintas a las que reciben otros tratamientos de fertilidad.
Pero los datos utilizados para el estudio no incluyeron información sobre las causas de la infertilidad de las participantes. La autora agregó que los resultados deberían replicarse con más estudios.
Por su parte, Giudice, que no participó del estudio, enfatizó: “Las mujeres deberían saber que, en general, la FIV no estuvo asociada con un aumento del riesgo de desarrollar cáncer mamario”.