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Azoospermia y reproducción asistida



La infertilidad masculina representa el 40% de los casos de esterilidad que acuden a un centro de reproducción asistida como URE Centro Gutenberg. Y, de estos casos, un 15% presentan una azoospermia.

La azoospermia es una alteración del semen que se caracteriza por la ausencia total de espermatozoides en el eyaculado. Esta ausencia puede deberse a que los testículos no los secreten (azoospermia secretora), o a que los produzcan pero no puedan salir debido a una obstrucción (azoospermia obstructiva).

En este artículo queremos contarte cómo diagnosticamos uno u otro tipo de azoospermia en las clínicas de reproducción asistida, y qué tratamientos existen para lograr el embarazo y evitar este problema de infertilidad masculina.

Azoospermia obstructiva

La azoospermia obstructiva es la ausencia de espermatozoides en el semen debido a un defecto en los túbulos seminíferos o conductos deferentes, lo que impide su salida al exterior en el eyaculado.

En este tipo de azoospermia la función o producción del testículo es normal. Esto es característico de enfermedades como la fibrosis quística, en procesos infecciosos de los conductos espermáticos y en la post quirúrgica, como en el caso de la vasectomía (esterilización quirúrgica masculina).

Azoospermia secretora

La azoospermia secretora es la más grave, puesto que implica un defecto en el proceso de formación de las células espermáticas (espermatogénesis). Este tipo de azoospermia es la más común, representando el 70% de los casos de azoospermia.

Puede ser congénita (desde el nacimiento), o adquirida en un momento determinado de la vida (traumatismo testicular, desequilibrios hormonales, enfermedades como la paperas y meningitis, radioterapia y quimioterapia, consumo de medicamentos o drogas, etc.).

Además, en la azoospermia secretora la ausencia de producción de espermatozoides por el testículo puede ser total y absoluta, o parcial o focal.

Diagnóstico de la azoospermia

Ante la ausencia total de espermatozoides en un seminograma, se recomienda repetir el estudio seminal para confirmar el diagnóstico. Ambas pruebas deben estar separadas al menos por una semana.

 Al seminograma debe acompañarle una historia clínica completa del paciente: antecedentes familiares y personales, uso de medicación actual, consumo de drogas, etc. También se realizarán estudios de hormonas en sangre, estudios genéticos (cariotipo, deleción del cromosoma Y, fibrosis quística…) y un examen físico genital. Todo ello, generalmente, suele orientar la posible causa de la azoospermia.

Sin embargo, para tener el diagnóstico definitivo muchas veces es necesario realizar una biopsia testicular. Esto tendrá como objetivo no solo saber la causa de la azoospermia, sino también, si se obtienen espermatozoides, la congelación de estos para su posterior utilización en una fecundación in vitro.

Tratamiento de la azoospermia

Ante una azoospermia obstructiva, el tratamiento para conseguir el embarazo es una fecundación in vitro con ICSI. En este caso los espermatozoides necesarios se obtienen mediante una biopsia testicular.

En el caso de la azoospermia secretora el tratamiento dependerá de su naturaleza, habiendo dos alternativas:

En la azoospermia secretora absoluta el único tratamiento posible para ser padre sería recurrir a espermatozoides de banco de semen de donante.
Una azoospermia adquirida al haber padecido infecciones, o debido a medicación/drogas, etc., puede ser tratada para recuperar la espermatogénesis o formación de espermatozoides, llegando incluso a conseguir el embarazo de forma natural.

La biopsia testicular ante una azoospermia

La biopsia testicular, al igual que la punción ovárica, se realiza en el quirófano y generalmente bajo sedación. Esta intervención tiene una duración de entre 15 y 20 minutos aproximadamente, y la realiza el urólogo o el especialista en reproducción.

Al realizar la biopsia testicular el médico practica una pequeña incisión en escroto y testículo, de unos dos centímetros aproximadamente, y extrae una pequeña muestra de tejido testicular. Esta muestra es la que el biólogo analiza, para evaluar la presencia de espermatozoides.

Si se encuentran espermatozoides, estos se utilizarán en fresco en un tratamiento de fecundación in vitro, o serán crio preservados en un banco de semen para su posterior uso en un tratamiento de reproducción. Generalmente, también se envía una muestra a estudio de anatomía patológica, que ayudará a objetivar el diagnóstico.

Después de la biopsia testicular es necesario un periodo de recuperación y observación de unas dos horas, tras las cuales el paciente es dado de alta.

Como en toda intervención quirúrgica, la biopsia testicular no está exenta de riesgos, pero son muy contralodos y de muy baja incidencia.