A través de la biopsia testicular se puede lograr devolver la fertilidad al hombre para que pueda ser padre.
La biopsia testicular, clínicamente conocida como TESE (por sus siglas en inglés, Testicular Sperm Extraction), es una sencilla técnica quirúrgica por la que se extrae una pequeña porción de tejido testicular del hombre que permite obtener de las células espermatozoides válidos.
Tras el análisis microscópico del tejido obtenido, se “rescatan” los espermatozoides y se analiza su capacidad fecundante. Con los mejores espermatozoides, seleccionados por su calidad, se podrá llevar a cabo un tratamiento de reproducción asistida con el material genético propio del varón, sin necesidad de recurrir a los gametos de un donante.
Biopsia testicular, ¿en qué situaciones se recomienda?
A menudo, llegan a nuestras consultas parejas que ya eran padres, juntos o con sus parejas anteriores y que, pasado un tiempo o tras separarse, rehacer su vida y formar una nueva pareja, desean tener hijos en común. Sin embargo, en gran parte de estas ocasiones, además de influir la edad de ambos, que suele ser mayor, el varón tiene hecha una vasectomía, lo que por ende dificulta la concepción de manera natural.
En estos casos tan comunes es necesario recurrir a la ayuda de un especialista en medicina reproductiva, para realizar una biopsia testicular, ya que se trata de la una de las pocas vías por las que se podrán conseguir espermatozoides viables para concebir el futuro bebé.
Además de los pacientes vasectomizados, existen otras situaciones en las que puede ser necesario practicar una biopsia testicular para poder ofrecer a la pareja la posibilidad de ser padres. Por ejemplo, en casos de azoospermia (ausencia de espermatozoides en el semen), cuando esta está ocasionada por una obstrucción de los conductos deferentes, que son los que transportan los espermatozoides de los testículos a la uretra para su expulsión durante la eyaculación.
Pero también cuando existen problemas de erección, en casos de factor masculino severo, en pacientes cuya calidad del semen es deficitaria o bien cuando los conductos deferentes presentan una obstrucción ocasionada por determinadas infecciones y enfermedades.
¿Cómo se realiza una biopsia testicular?
La biopsia testicular es un sencillo procedimiento, de unos 15 minutos de duración, que se lleva a cabo en quirófano para asegurar las máximas condiciones de esterilidad y seguridad.
Durante el proceso, se realiza una pequeña incisión, de unos 2-3 centímetros aproximadamente, por la que se extrae la piel del testículo para después ser analizada.
Una vez obtenido, el tejido es cuidadosamente analizado en el laboratorio de andrología. De la muestra se extraen los espermatozoides y se analiza su capacidad de fecundación en función de su calidad para, a continuación, seleccionar los mejores y, o bien congelarlos, o emplearlos directamente en un tratamiento de reproducción asistida denominado microinyección espermática (ICSI).
Mediante la ICSI, el espermatozoide se inyecta directamente en el óvulo para facilitar su fecundación. El embrión resultante se deposita en un incubador y, durante unos días, se observa su desarrollo para valorar su viabilidad. Si el embrión ha evolucionado bien y ha llegado a estadio de blastocisto (días 5-6), se transferirá a la futura mamá.
Al contrario de lo que se pueda pensar, la biopsia testicular es un procedimiento indoloro, aunque se lleva a cabo con sedación para evitar cualquier tipo de molestia durante la intervención. Tras la misma, el paciente podrá volver a casa y hacer vida completamente normal.