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Cómo vencer los miedos del embarazo



Es lógico, normal y hasta frecuente sentir miedo por todas las cosas que en el embarazo no se pueden controlar. ‘Nunca sales del obstetra diciendo “todo fenomenal, me dijo que no iba a tener ningún problema”, siempre queda la prueba siguiente que es importantísima’, comenta Martina, que fue mamá por primera vez hace algo más de un año. Y Nuria, que está embarazada de 6 meses también del primero, dice: ‘Una vez que nazca, cuando vea que está sano, voy a quedarme tranquila’.

No hace falta esperar al nacimiento. Hay muchas razones para que el miedo no agobie y podamos tener un embarazo tranquilo. Hoy cualquier incidencia es detectada rápidamente y en la inmensa mayoría de los casos hay tratamientos para que todo salga bien.

Los temores más frecuentes

Cuando el embarazo comienza es casi inevitable el miedo a perder al bebé. La sensación es de que esa vida, tan deseada y apenas esbozada, pende de un hilo por lo menos durante los tres primeros meses. Y si no es la futura madre la que tiene esa sensación, alguien de su entorno se la transmite. En las mujeres que han sufrido abortos espontáneos el temor es todavía mayor, aunque el aborto no tiene por qué repetirse. Según estadísticas, en el 90% de los abortos se debe a malformaciones genéticas del feto, algo que la ciencia no puede tratar.

A medida que el embarazo avanza y se empiezan a sentir las primeras pataditas los temores se centran en el desarrollo del bebé. Ana, que a los 38 años tuvo a su único hijo y estaba preocupada porque se sentía una madre mayor, cuenta que durante el embarazo no dejó de «monitorizarlo»: ‘Fantaseaba con tener un cinturón Doppler y escuchar constantemente de música de fondo sus latidos; si se quedaba quieto, enseguida comía un trocito de chocolate o uvas y me quedaba con las manos en la tripa esperando sentirlo.’ Que se mueva es lo que todas las madres piden, ya que no pueden verlo quieren sentirlo para saber que está bien.

Con el embarazo avanzado, la tripa y el bebé crecidos, en el horizonte se perfila el parto y aparece el miedo al dolor y a esos riesgos imponderables como: ‘¿Me subirá mucho la tensión?’, ‘¿tendré problemas de corazón?’… Todas las mamás coinciden en que estos temores hacia el parto les vienen de que conocen o les han contado casos de partos muy largos en los que la madre tuvo problemas de salud.

Pero también hay miedos que surcan todo el embarazo o aparecen en cualquier momento: son los que se refieren a la maternidad y que hacen que la mujer se pregunte: ‘¿Seré una buena madre?’. Con esa duda se relacionan los típicos sueños en los que la mamá no llega a tiempo para dar de mamar, el bebé se le pierde en el súper o simplemente desaparece de la cuna. Si es el primero, aún no sabemos cómo seremos como madres y es lógico preguntárselo. Y si es el segundo, no es nada raro plantearse cómo lo querremos, y si seremos capaces de amarlo tanto como al primero. Sin duda, pero cuesta creerlo ahora que todavía no ha nacido.

Asesora: Encarna Generoso, Matrona de Atención Primaria de Madrid.