Tratamientos de reproducción asistida: ¿cuál es el ideal para mí?
Cuáles son los diferentes tratamientos de reproducción asistida, en qué consiste cada uno de ellos y cuál es el que se adapta a nuestras necesidades.
Uno de los deseos de muchas mujeres es el de convertirse en madres en un momento determinado de su vida. Si bien hay ocasiones en las que ese deseo no se puede cumplir, la ciencia y los avances técnicos nos han ayudado a que sí sea posible en la gran mayoría de los casos. Así, lostratamientos de reproducción asistida son una alternativa para aquellas mujeres que no han podido concebir de manera natural, pero que desean ser madres. ¿Sabes cuál es el tratamiento que mejor se adapta a tus necesidades? Te hablamos de todos ellos a continuación.
Las diferentes técnicas de reproducción asistida
Los problemas de infertilidad afectan actualmente a un 20% de las parejas y en gran parte se solucionan gracias a los métodos de reproducción asistida, ¿cuál es la técnica más indicada para cada caso?
Inseminación artificial
La inseminación artificial es una técnica sencilla con un gran porcentaje de éxito que puede ser de dos tipos: inseminación artificial conyugal, cuando la muestra de semen que se utiliza es la de la pareja, o inseminación artificial con semen de donante, cuando los espermatozoides provienen de un donante anónimo. En ambos casos, el procedimiento es el mismo: los espermatozoides del donante o de la pareja capacitados (los que tienen mayor capacidad para fecundar) son previamente preparados en el laboratorio y se colocan dentro del útero de la mujer mediante un dispositivo especial.
Este método se lleva a cabo en casos de infertilidad de origen desconocido (estudio de fertilidad sin alteraciones), o bien cuándo existen disfunciones ovulatorias o alteraciones en el cuello del útero. El proceso consta de tres fases: estimulación de los ovarios y ovulación, preparación y capacitación del semen e inseminación. No requiere hospitalización y puede repetirse las veces que se considere necesario, más de cuatro ocasiones no se recomienda porque si no ha sido eficaz tras esos cuatro intentos hay que valorar la realización de una fecundación in vitro.
Fecundación in vitro
La fecundación in vitro se lleva a cabo cuándo no ha habido éxito con otros procesos como la inseminación artificial. En el caso de la fecundación in vitro la unión del óvulo y del espermatozoide se lleva a cabo en un laboratorio especializado (en la inseminación artificial este proceso tiene lugar en las trompas de Falopio), y los embriones obtenidos se implantan directamente en el útero de la paciente.
El proceso de fecundación in vitro consta de cuatro fases: estimulación y maduración de óvulos, extracción de los óvulos maduros, inseminación o microinyección de los ovocitos, y transferencia de los embriones. Existen entre el 40-50% de probabilidades de quedar embarazada con este método dependiendo de la calidad de los embriones transferidos y del número de embriones transferidos (habitualmente 1 o 2 embriones).
Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides (ICSI)
En el caso de que dispongamos de un número limitado de ovocitos, de que el semen del hombre no tenga la calidad suficiente o de que se haya fallado en anteriores procesos de fecundación in vitro, podemos recurrir a la inyección intracitoplasmática de espermatozoides o ICSI. El proceso es similar al de la fecundación in vitro, con la diferencia de que los ovocitos deben ser liberados de las células que le rodean para determinar su estado de maduración y se toma un solo espermatozoide con una pipeta de microinyección para introducirlo directamente en el óvulo.
La probabilidad de embarazo por cada transferencia de embriones oscila entre el 40% y el 50%, la cual aumenta si se repiten los ciclos de tratamiento porque hay más oportunidades de embarazo (a mayor número de transferencias de embriones realizadas mayor número de embarazos).
Donación de óvulos
Cuando no es posible utilizar los óvulos de la mujer se puede recurrir a una donación de óvulos. Estas donaciones son anónimas y se realizan bajo un estricto control médico en el que se realizan distintas pruebas para garantizar el buen estado de salud de la donante y de sus óvulos. La donante debe tener entre 18 y 35 años, disponer de plena capacidad de obrar, tener buen estado de salud psicofísica y no tener antecedentes familiares de malformaciones ligadas a cromosomopatías, genopatías o metabolopatías.
La ovodonación tiene una elevada tasa de éxito: hasta el 90% después de dos ciclos transfiriendo embriones. En el caso de la fecundación in vitro e ICSI con óvulos donados se llega al 40-65% de éxito por cada transferencia de embriones dependiendo del número y calidad de embriones transferidos (1 ó 2 habitualmente).
Testicular Sperm Aspiration (TESA)
La técnica conocida como TESA consiste en la aspiración múltiple de tejido testicular para intentar identificar y congelar, si procede, espermatozoides móviles que serán usados posteriormente en las técnicas de reproducción asistida. Se utiliza cuando se detecta azoospermia, es decir, cuando no se encuentran espermatozoides en el eyaculado. También se usa en casos de incapacidad para obtener una muestra espermática.
Cultivo largo de embriones hasta cinco días
El objetivo de esta técnica es seleccionar los embriones con más capacidad para lograr embarazo y de mayor calidad para reimplantarlos en el útero de la mujer. Si bien con la técnica convencional los embriones se transfieren a los 3 días de vida, con el cultivo largo los de menor calidad detienen su crecimiento y no llegan a día 5, que es cuándo elegimos qué embriones transferir al útero de la madre.
Hatching asistido
Se trata de un proceso complementario al de la fecundación in vitro que se utiliza en algunos casos. A través de esta técnica se realiza un adelgazamiento y apertura de un pequeño orificio en la cubierta que rodea al embrión para favorecer su salida y posterior implantación en el útero de la mujer.
Transferencia de embriones descongelados
Cuando una pareja se somete a un ciclo de fecundación in vitro es posible congelar y almacenar los embriones que no han sido utilizados para su posterior implantación en el útero materno, en caso de ser necesario. Los embriones se descongelan en el momento adecuado y se implantan en el útero, de modo que solo es necesario preparar la cavidad del útero para que esté sincronizado con los embriones congelados.
Banco de semen
Los espermatozoides del varón se congelan y se mantienen sumergidos en nitrógeno líquido a una temperatura de -196 grados hasta que se desee iniciar el proceso de
fertilización. El banco de semen es útil cuando exista dificultad por parte del varón para recoger una muestra de semen y para garantizar la posibilidad de descendencia a la pareja, en caso de accidente, fallecimiento, vasectomía, o tratamientos médicos que puedan disminuir o anular la fertilidad en el varón.