Las mujeres siempre sienten la presión de ser madre a una determinada edad porque de lo contrario «se pasa el arroz», sus óvulos pierden fuerza y la capacidad de llevar un embarazo a término disminuyen con el paso del tiempo.
En el caso del hombre, la edad influye, pero no de forma tan determinante. Para el Ignacio Moncada, jefe del Servicio de urología del Hospital Sanitas la Zarzuela y presidente de la Asociación Española para la Salud Sexual, la edad más adecuada para ser papá desde el punto de vista de la fertilidad sería entre los 16 y 17 años en un hombre sano porque es «cuando acaba la pubertad y su desarrollo sexual es muy óptimo». Explica que después su sexualidad decrece. «Lo hace de manera poco pronunciada, de un 1% de pérdida de capacidad sexual cada año, pero en un periodo de 10 años notará las diferencias son notables: su apetito e impulso sexual no es el mismo, su frecuencia tampoco, la calidad del esperma será menor…».
Este experto en urología no es, sin embargo, ajeno a la realidad y aunque asegura que a los 16 y 17 años la fertilidad masculina está en su punto álgido, reconoce que «tal y como está configurada la sociedad a esta edad los jóvenes no están emancipados y ni siquiera tienen un trabajo que les de autonomía econímica, por lo que la edad más conveniente para ser padre se retrasaría a los 21 años porque físicamente estará también en buenas condiciones, al igual que su esperma, y psicologicamente y emocionalmente también estará preparado.
En opinión de José Landeras, director de la Clínica IVI de Murcia, la edad de un hombre para ser papá «la marca la mujer, puesto que es ella la que decide ser madre antes o después. La decisión del varón suele ser secundaria».
Explica que la calidad del semen hasta que cumple 45 años es buena, «aunque es cierto que a partir de esta edad empieza una fragmentación de la molécula del ADN que será mayor según avance en edad y que provosará que en algunos casos sea necesaria la reporducción asistida para que el hombre vea cumplido su deseo».