La dificultad que tiene un varón para embarazar a su pareja se debe a la disminución en la cantidad y en el movimiento de sus espermatozoides. Esta situación puede ser la consecuencia de alguna infección de transmisión sexual (ITS), entre ellas la sífilis, la gonorrea, el herpes simple y la clamidia, que se adquieren a través de las relaciones sexuales sin protección.
Se estima que el 25% de los casos de infertilidad, tanto en el varón como en la mujer, se deben a infecciones de transmisión sexual que son causadas por virus, parásitos o bacterias. Adolfo Rechkemmer, especialista en infertilidad del Instituto de Ginecología y Fertilidad, explica que esto se da en algunos casos porque esas infecciones obstruyen los conductos de salida de los espermatozoides y, por tanto, causa problemas de esterilidad. Son diversos los tratamientos de infertilidad que permiten hacer realidad el sueño de convertirse en padres.
El especialista señala que entre las técnicas de fertilidad asistida de baja complejidad figuran: la inseminación artificial, para los casos de alteraciones espermáticas leves; en tanto que la inyección intracitoplasmática de esperma (ICSI) es una técnica de mayor complejidad.