Según la ONU, tres millones de mujeres y niñas corren cada año el riesgo de ser víctimas de la MGF. Y según datos de la OMS (Organización Mundial de la Salud) en todo el mundo hay entre 100 y 140 millones de mujeres mutiladas genitalmente. 92 millones son africanas.
Actualmente se realizan ablaciones en 28 países de África y Oriente Medio, aunque existen comunidades de inmigrantes que también conservan esta tradición en puntos de Europa, Norteamérica y Australia.
A pesar de estas cifras, el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) asegura que durante los últimos tres años, un total de 8.000 comunidades de todo el mundo, incluyendo 15 países africanos, han abandonado esta práctica.
¿Qué es la MGF?
La mutilación genital femenina consiste en la extirpación total o parcial de los genitales externos femeninos. Esta práctica perjudica enormemente a la salud de las mujeres y niñas que son sometidas a esta tortura.
Hay distintos tipos de ablaciones. La mutilación de tipo I que consiste en la eliminación del prepucio del clítoris. La mutilación del tipo II en la que se corta total o parcialmente el clítoris y a veces incluso se mutilan los labios menores. Estos dos tipos son los más comunes en el África Occidental, mientras que en la Oriental abunda la de tipo III, que es la ablación total con sutura de los labios de la vulva.
Las consecuencias inmediatas son: dolor intenso, hemorragias, tétanos, retención de orina, llagas abiertas y lesiones en los tejidos genitales. En cuanto a los problemas y lesiones a largo plazo las complicaciones suelen ser: infecciones urinarias persistentes, quistes, esterilidad, riesgo y complicaciones en los partos, infertilidad, relaciones sexuales dolorosas y muerte de los bebes.
Tras estas mutilaciones existen creencias religiosas y factores culturales y sociales. La ablación se relaciona con la virginidad y la fidelidad matrimonial. Se cree que reduce la “libido femenina” y ayuda a la mujer a no tener relaciones sexuales “ilícitas”.
La ONU contra la ablación
La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó en noviembre de 2012 una resolución unánime prohibiendo la práctica de la mutilación genital femenina. Fue aprobada por los 194 Estados Miembros de la ONU, y se adoptaron otras cinco resoluciones en la Asamblea General sobre los derechos de las mujeres, incluyendo una resolución sobre la intensificación de los esfuerzos mundiales para acabar con esta “costumbre”.
Esta resolución sobre (MGF) solicita a los países a condenar estas prácticas que afectan a las mujeres y a las niñas, y a tomar las medidas necesarias, como por ejemplo: llevar a cabo campañas de concienciación y asignar los recursos necesarios para proteger a las mujeres y a las niñas de esta forma tan cruel de violencia. También exige una atención especial y protección y asistencia a las mujeres y niñas que ya han sido víctimas de estas mutilaciones, y las que corren el riesgo de serlo, incluyendo a las mujeres refugiadas e inmigrantes. Además, se acordó que solicitarán que el 6 de febrero sea declarado Día Internacional de la Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina.
El secretario general de la ONU, Ban Ki -moon calificó este acuerdo como un “gran paso adelante” de cara a la protección de millones de mujeres y niñas.