La Sociedad Española de Fertilidad (SEF) ha premiado, como mejor comunicación clínica presentada a su congreso nacional, un estudio desarrollado por investigadores malagueños, que pone de manifiesto la relación existente entre los niveles de serotonina, hormona vinculada al estado de ánimo, el sueño o el apetito, y la posibilidad de que un proceso de fecundación in vitro culmine con éxito.
El estudio, iniciado en 2011 y aún en fase de ampliación, está siendo desarrollado por investigadores de la Universidad de Málaga (UMA) con la colaboración del Instituto de Fertilidad Clínicas Rincón, y forma parte del proyecto de tesis doctoral del catedrático del Departamento de Bioquímica, Biología Molecular e Inmunología de la Facultad de Medicina Arturo Reyes.
Según ha informado en un comunicado Clínicas Rincón, el premio se ha concedido a la presentación de los nuevos resultados de esta investigación, “que amplían la línea sobre las variantes genéticas que influyen en el metabolismo de la serotonina y su posibles consecuencias sobre los tratamientos de reproducción asistida”.
“Los investigadores han encontrado una fuerte asociación entre dos variantes genéticas relacionadas con la tasa de internalización de serotonina en las células y pérdidas gestacionales que se producen de forma muy temprana en mujeres a las que se le han realizado procesos de fecundación in vitro”, añade el comunicado.
El director del estudio ya explicó recientemente, con motivo de la presentación de los primeros resultados, que los investigadores han comprobado cómo los genes que metabolizan la serotonina en determinadas mujeres son “decisivos” a la hora de que el embrión que se implanta en el útero “se quede ahí o se pierda”.
No obstante, la clave está en que los niveles de este neurotransmisor sean “óptimos”, es decir, que se albergue una concentración “crítica” para un correcto anidamiento del embrión, por lo que no necesariamente a más cantidad de serotonina la posibilidad de éxito será mayor, sino que tanto el exceso como el defecto son inadecuados.
En este sentido, Reyes precisó que si hay un defecto de serotonina en la mujer receptora, “posiblemente el embrión no se implante”, mientras que si hay un exceso el crecimiento del embrión puede que sea “muy lento y con problemas”, según la hipótesis de la investigación.
El galardón otorgado por la SEF es el segundo premio recibido en menos de un año por Arturo Reyes y su equipo en relación con este estudio, tras haber logrado el ‘Fertility Society Australian Exchange Award’, que le fue concedido en la XXVII reunión anual de la European Society of Human Reproduction and Embryology (Eshre).