Skip to content

El bebé que nació cuatro años después de la muerte de sus padres



Los cuatro abuelos, según explica el periódico Beijing News, decidieron explorar todas las opciones posibles para tratar de perpetuar su linaje. En un caso sin precedentes en el país, la primera dificultad recayó en si podían o no ser considerados herederos de esos cuatro embriones. Un primer juez se lo negó, pero una instancia superior les dio la razón tras apelar la sentencia. “Ambas familias han perdido a sus dos únicos hijos; la supervisión de estos embriones es una forma de aliviar tal dolor”, falló el tribunal.

Pero aunque técnicamente eran ya suyos, el hospital denegó su entrega porque la ley solamente permite trasladarlos a otro centro médico. El abuelo paterno, un empresario de éxito, trató de lograr el visto bueno de hasta 30 clínicas distintas, algo que no consiguió porque la gestación subrogada está prohibida en China en cualquier supuesto.

No fue hasta junio de 2016 cuando, a través de una agencia extranjera y un pago de 300.000 yuanes (38.700 euros), un hospital de Laos –país fronterizo donde sí son legales los vientres de alquiler- emitió un certificado en el que reclamaba los embriones. Prácticamente ninguna de las numerosas empresas de mensajería que existen en China se mostró dispuesta a transportar tal mercancía. Tampoco las aerolíneas. Aquellas compañías de transporte que en principio sí ofrecían el servicio requerían un certificado firmado por los progenitores, algo imposible de obtener.

Esos embriones finalmente viajaron en diciembre de 2016 desde Nanjing hasta Laos en coche, con la ayuda del personal de la agencia de gestación subrogada y del hospital del país vecino. Las familias pagaron el coste del transporte y de su almacenamiento, en una bombona de nitrógeno líquido. Una vez alcanzaron su destino, dos embriones fueron implantados en el útero de la madre de alquiler, uno de los cuales se desarrolló con éxito. Los dos restantes siguen congelados en ese centro hospitalario en Laos.

El último problema antes del nacimiento fue cómo garantizar que el bebé tuviera nacionalidad china. Finalmente se optó por que la madre de alquiler diera a luz en territorio chino, al que entró con un simple visado de turista. Tiantian nació finalmente en un hospital privado en Cantón y logró la ciudadanía china después de que sus abuelos se sometieran a pruebas de ADN que confirmaron su vínculo filial con el bebé. Tiantian vive actualmente en casa de sus abuelos paternos, que además han contratado una niñera para ayudarles a cuidar del crío las 24 horas del día. Su familia por parte de madre, cuyo hogar está en la misma ciudad, lo visita prácticamente a diario.

“Tiantian es igual que su padre cuando era un recién nacido”, dijo el abuelo paterno a Beijing News. El mes pasado, la familia celebró los primeros 100 días de vida del bebé con una pequeña fiesta. “Este chico está destinado a estar triste a su llegada al mundo porque otros bebés tienen a sus padres y madres, pero él no. En un futuro se lo contaremos, pero hasta que no sea mayor y sea capaz de entenderlo le diremos que sus padres están en el extranjero”, explicó.