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El destino de los embriones congelados



Te pido por favor que te plantees la siguiente situación: tienes dos hijos que han nacido tras FIV y no quieres tener más, pero resulta que del ciclo de tratamiento han quedado tres embriones congelados. Supongamos también que, como ha sido en España, puedes elegir todos los destinos posibles para ellos. 

¿Qué decides?

Os voy a comentar lo que dice exactamente la Ley y nuestra experiencia con las respuestas de los pacientes.

Al iniciar un ciclo de FIV se firma un consentimiento informado eligiendo el destino para los embriones no transferidos. En este momento casi la totalidad de los pacientes los mantienen para ellos, pensando que puede no haber embarazo con los frescos o que pueden querer tener más hijos.

Cada año reciben una comunicación del Centro para validar o cambiar su decisión.

Según la Ley española de reproducción asistida Ley 14/2006. Capítulo III. Artículo 11:

“Los diferentes destinos posibles que podrán darse a los preembriones crioconservados, así como, en los casos que proceda, al semen, ovocitos y tejido ovárico crioconservados, son”: 

a. Su utilización por la propia mujer o su cónyuge

“Esto es posible hasta que se agote la circunstancia de fertilidad de la mujer y ya no pueda ser por razones médicas receptora de un embrión”. 

Como la Ley no pone un límite determinado de edad ni concreta las patologías médicas que pueden contraindicar un embarazo resulta difícil saber cuándo termina este supuesto. 

Siguen conservando los embriones para ellos el 38,8% de los pacientes. Es de destacar que el 91% de estos pacientes han completado su proyecto reproductivo, no quieren tener más hijos pero prefieren mantenerlos porque no se deciden por ninguna de las otras opciones.

b. La donación con fines reproductivos

Es decir, donarlos a otros pacientes. En nuestro Centro sólo el 4,7% de las cartas que recibimos tienen esta opción. Cuando les pregunto por qué no quieren que los reciban otras personas en su misma situación, me dicen que temen que sus hijos se encuentren con hermanos. Les digo que nuestro sistema de asignación no lo permite porque van a otro país distinto, pero no cambian de idea. No eligen esta opción por protección a sus hijos.

Hay parejas que eligen esto, pero posteriormente los centros no podemos cumplir su deseo porque sus embriones no cumplen los requisitos para ser “donables”, por ejemplo por edad de la mujer superior a 35 años.

c. La donación con fines de investigación

“Los pacientes deben recibir y firmar una carta del Centro en la que se especifique el proyecto de investigación al que se van a destinar y deben renunciar a compensaciones económicas derivadas de dichas investigaciones”.

Destinan sus embriones a investigación el 3,9% de los pacientes. Esta opción les da temor, se imaginan cosas horrorosas.

El problema es que apenas hay líneas de investigación con células madre embrionarias. En Institut Marqués todavía no hemos enviado ningún embrión a este destino a pesar de ofrecernos.

d. El cese de su conservación sin otra utilización

“En el caso de los preembriones crioconservados, esta última opción sólo será aplicable una vez finalizado el plazo máximo de conservación establecido en esta Ley sin que se haya optado por alguno de los destinos mencionados en los apartados anteriores”. 

Los destinan a destrucción sólo el 4,7% de los pacientes. Nos dicen que les da pena destruirlos.

Este supuesto requiere que se haya agotado el periodo fértil de la mujer receptora y que eso se acredite mediante un informe médico de profesionales ajenos al centro. Este requisito hace que sólo una tercera parte de estos embriones hayan sido destruidos, ya que no recibimos esos informes, que deben gestionar los propios pacientes.

La mayoría de los pacientes, el 47,9%, no responden a las cartas que reciben del Centro. No es que se desentiendan, es que dan muchísima importancia a esta decisión y les produce conflictos emocionales.

Según la normativa legal, si no responden a dos consultas se consideran abandonados y pasan a ser custodiados por el centro médico. Ya sabéis que nosotros destinamos todos los embriones que cumplen los requisitos médicos para ser “donables” al Programa de Adopción.

En conclusión, a pesar de tener una ley que permite todas las posibles opciones de destino, la mayoría de los embriones quedan abandonados. 

Sólo el 13,3% de las personas que tienen embriones congelados toman una decisión sobre su destino. El 86,7% no responde a las consultas del Centro o los mantiene como suyos aunque ya no quieran tener más hijos.

¿Qué te parece todo esto?

¿Qué harías tú?