El Instituto Murciano de Fertilidad (IMFER) celebra este mes de diciembre su 16 aniversario, desde que nació en Murcia el primer niño concebido por fecundación, según informaron fuentes de esta compañía en un comunicado.
IMFER fue pionero en esta técnica y trajo consigo la ilusión y la esperanza de las parejas que estaban deseosas de tener hijos. Mucho ha cambiado todo desde entonces ya que las tasas de embarazo han crecido exponencialmente y las técnicas se han vuelto cada vez más precisas y efectivas, señala el Instituto.
El doctor Antonio Callizo, ginecólogo y obstetra, comenzó su carrera hace más de 28 años y, desde sus inicios, se especializó en los problemas de infertilidad. Por otro lado, el doctor Miguel Ángel Fernández Pérez, cuenta con una extensa trayectoria profesional y ha llegado a titularse como Senior Clinical Embryologist de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE).
Según su director, el doctor Callizo, el éxito “no viene solo, es fruto del instinto de superación y del trabajo diario por eso, el Instituto Murciano de Fertilidad no solo fue el primer centro de Murcia que concibió al primer niño por fecundación ‘in vitro’ sino que, en 2010 fue el primer centro en Murcia y uno de los primeros de España que incorporó la técnica IMSI, la Microinyección de espermatozoides morfológicamente seleccionados”.
Esta técnica “permite aumentar notablemente la resolución para distinguir los espermatozoides válidos incrementando así los resultados positivos en la reproducción asistida“. Del mismo modo, siguiendo con esta filosofía, el IMFER amplió y mejoró en 2011 sus instalaciones creando uno de los mayores bancos de óvulos de la región.
Tal y como apunta el doctor Callizo, la tecnología es imprescindible pero, el trato cercano y personal es necesario para que esta etapa se viva con total plenitud. Por eso, por esta proximidad y por toda la vinculación que el centro tiene con la región, se han llevado a cabo planes específicos que buscan facilitar económicamente el poder tener hijos porque la paternidad no debe entender de crisis.