La píldora anticonceptiva creada por el químico Carl Djerassi permitió el sexo sin procreación, y ahora este célebre científico, con casi 90 años, vaticina que en el futuro primará en el mundo desarrollado la procreación sin sexo.
Químico, profesor universitario, novelista, dramaturgo, poeta, empresario, coleccionista de arte -posee una de las mayores colecciones de Paul Klee- y mecenas: la vida de Djerassi ha dado para mucho, incluso para escribir una segunda autobiografía titulada en alemán “Der Schattensammler” (“El coleccionista de sombras”).
Con casi nueve décadas y 32 títulos de doctor “honoris causa” a sus espaldas, muestra una lucidez y una curiosidad intelectual envidiables, aderezada por una conversación burbujeante y llena de anécdotas contadas en tres idiomas (inglés, alemán y español).
Desde 1985, Djerassi se dedica de lleno a su otra gran pasión: la escritura. En sus novelas y obras de teatro se ha mantenido fiel a sus grandes temas: la ciencia, el sexo y la reproducción.
“He llevado una vida completamente distinta en los últimos 25 años”, asegura en una entrevista concedida a Efe en Viena, donde reside parte del año, además de en Londres y San Francisco (EEUU), donde sigue dando clases en la prestigiosa universidad de Stanford.
Además “tengo (ahora) una perspectiva completamente distinta de lo que hice antes”, más “autocrítica”, señala.
En su última autobiografía pasa revista a su vida: la huida de Viena en 1938 con el ascenso de los nazis, su llegada a EEUU como refugiado judío, la síntesis en un laboratorio de México de la píldora anticonceptiva en 1951 y su amor por la escritura.
Y también relata con crudeza y honestidad el suicidio de su hija, cuando ésta tenía 28 años, una tragedia sucedida 1978 pero de la que confiesa no haberse recuperado todavía.
De esa muerte surgió su programa para establecer una colonia para jóvenes artistas. “Quise crear algo con vida de su muerte”, confiesa Dejarassi.
Uno de los mayores capítulos del libro, que se presenta mañana, domingo en el Museo Albertina de Viena, es el dedicado a la invención de la píldora. ¿Sería posible imaginarse el mundo sin ese descubrimiento?.
“Puedo imaginar un mundo sin la píldora. Creo que no sería un mundo muy diferente, aunque habría un gran número de abortos”, dice.
Como ejemplo, Djerassi explica que la bajada de la fertilidad se produjo en Europa tras la segunda Guerra Mundial tanto en Occidente (por la píldora) y también en la órbita soviética, aunque allí se recurrió al aborto para controlar la natalidad.
La píldora anticonceptiva, asegura, sirvió para reducir el drama de recurrir al aborto. “En Japón sólo legalizaron la píldora en 1999 y también se había producido antes un descenso marcado de la natalidad”, indica.
En el aspecto social, la píldora aceleró procesos ya en curso, como el de la emancipación de las mujeres, algo que considera “el cambio social más importante de las últimas décadas”.
Djerassi, que habla español con acento mexicano, critica el previsto endurecimiento de la ley del aborto en España ya que llevará a las mujeres “a la ilegalidad o al turismo médico”.
Pero, en cualquier caso, estas cortapisas conservadoras quedarán desfasadas porque se va a producir “un cambio drástico en los próximos 30 años en la reproducción sexual”.
Y explica que los mejores años reproductivos coinciden con aquellos en los que las mujeres luchan por abrirse un hueco en el mercado laboral y académico.
El aumento de la edad de las mujeres que deciden tener hijos en el mundo desarrollado debido a su carrera supone que se incrementan los riesgos al quedar embarazadas, recuerda.
“La posibilidad de congelar óvulos abre nuevas perspectivas. Y es una opción que van a empezar a utilizar las mujeres más educadas y ambiciosas”, asegura.
Djerassi ya vaticinó años atrás su teoría de que las mujeres recurrirían a esta posibilidad en un momento en el que ni siquiera era técnicamente viable.
“En el mundo hay cinco millones de personas que han nacido por fertilización ‘in vitro’, sin relaciones sexuales. Y esto ha sido en los últimos 20 años. Es un cambio drástico. Pero que han utilizado personas con problemas de fertilidad”, sostiene.
“Pero mi predicción es que la fertilización ‘in vitro’ va ser el método de concepción también para las personas fértiles“, agrega.
“Y el siguiente paso sería: ¿por qué no esterilizarse lo antes posible? ¿Para qué necesitas la contracepción? No necesito gastarme miles de euros en ello”, destaca.
Al final, los anticonceptivos serán totalmente innecesarios porque la separación de sexo y procreación será total.
Las mujeres van a empezar a guardar sus óvulos jóvenes como “un seguro” para la maternidad, y en el futuro considera que tanto hombres como mujeres guardarán su material reproductivo en su momento de mayor fertilidad y calidad: a los 17 ó 18 años.
De esta forma las mujeres podrían esquivar su reloj biológico y posponer sin riesgos el momento de ser madres para más adelante.